El Ejército israelí anunció que ampliará la ofensiva militar en Rafah con “fuerzas adicionales”, pese a la presión internacional y el repunte de la violencia en la frontera norte con el Líbano, donde tienen lugar a diario ataques fronterizos con la milicia Hizbulá en paralelo a la guerra en la Franja de Gaza.
“Esta operación continuará a medida que entren fuerzas adicionales [en Rafah]. Nuestras tropas han destruido varios túneles en el área y pronto destruirán más. Esta actividad se intensificará”, aseguró el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante una visita ayer al cuartel de la división 162 cerca de Rafah, según un comunicado divulgado hoy por su departamento.
Asimismo, Gallant aseguró que esta incursión militar en Rafah, iniciada el pasado 6 de mayo y que ya ha causado el desplazamiento forzoso de más de 450 mil gazatíes -muchos de ellos por tercera o cuarta vez- está debilitando al grupo terrorista palestino Hamas e impidiendo que pueda “regenerarse”, como ya parece haber hecho en muchas áreas del norte.
“Hamas no tiene suministros, municiones, ni la capacidad para fabricar armas, ni para tratar adecuadamente a los terroristas heridos, y esto significa que lo estamos desgastando”, aseveró el ministro.
El norte de Israel: otra olla a presión
Mientras persisten los combates en Gaza, la tensión en la frontera norte de Israel tampoco deja de crecer, con 3 soldados heridos hoy, uno de gravedad, en la localidad israelí de Metula tras un ataque con un dron explosivo, y 2 miembros de la milicia chií Hizbulá muertos en el bombardeo israelí contra un vehículo en el distrito de Tiro, en el sur del Líbano.
Además, Hizbulá reivindicó el lanzamiento de al menos 60 cohetes contra objetivos militares en el norte de Israel en las últimas horas, en respuesta a los bombardeos nocturnos israelíes contra diferentes puntos del sur del país, entre ellos el Valle de la Bekaa, una región alejada de la frontera común donde se suele concentrar el fuego cruzado entre las partes.
El miércoles, Hizbulá también atacó con varios aviones no tripulados una base israelí ubicada en el área de Illaniya, a más de 30 kilómetros de la frontera, constituyendo uno de los puntos más alejados atacados hasta ahora en Israel.
Los choques entre las partes, iniciados el pasado octubre en el marco de la guerra de Gaza, son los más graves desde el conflicto que libraron ambos en 2006, y ya se ha cobrado la vida de más de 400 personas, la mayoría del lado libanés y en las filas de Hizbulá con más de 270 bajas. Pero el cruce de fuego se ha intensificado tanto en las últimas semanas, que se teme una próxima guerra abierta entre Israel y Líbano.