Ezequiel García Rebolledo, productor de tamarindos y ex presidente del Consejo Estatal de Productores de Tamarindo de Colima, ha reportado un “2024 desafiante” para su gremio en la región.
Explicó que la producción ha sido extremadamente baja, y muchos agricultores no han logrado cubrir ni siquiera los costos, “mucho menos obtener una ganancia”.
García Rebolledo identifica 2 factores clave que han contribuido a esa situación crítica. En primer lugar, dijo que la comercialización ha sido problemática debido a la gran cantidad de tamarindo almacenado en las bodegas, lo que ha saturado el mercado y reducido la demanda.
En segundo lugar, agregó, los tamarindos son alternantes, es decir, un año pueden producir en abundancia y al siguiente muy poco o nada. Ese fenómeno ha afectado severamente la economía de los productores.
El clima también ha jugado un papel adverso este año: “Este año 2024 no hubo muchas lluvias al principio ni al final. Entonces el tamarindo no produce, aborta la floración”.
García Rebolledo mencionó que la producción de este año ha sido solo un 30% comparada con 2023, una “caída dramática” que ha afectado a los agricultores.
Los altos costos de producción han agravado la situación, abundó y comentó que los fertilizantes, insumos y la mano de obra han mantenido precios elevados.
Por ejemplo, señaló que el corte del tamarindo cuesta de 4 a 6 pesos por kilo, dependiendo de lo que se pague a los cortadores. “Normalmente, el precio del tamarindo oscila alrededor de los 10 pesos por kilo al caer del árbol, lo cual es muy barato y no cubre los costos de producción”, comentó García Rebolledo.
A pesar de este año difícil, los productores de tamarindo en Colima mantienen la esperanza de que la situación mejore el próximo año. Por ello, García Rebolledo confía en que el producto almacenado en las bodegas se consuma de aquí a la próxima cosecha, lo que podría ayudar a estabilizar los precios y permitir que los agricultores obtengan un ingreso rentable.
“Esperamos que el próximo año podamos vaciar las bodegas y que exista un precio que sí reditúe, que rebase los 20 pesos, para que los productores puedan cubrir sus costos y obtener una ganancia para subsistir”.
Para mitigar futuros problemas, García Rebolledo recomienda que los productores inicien los periodos de riego a principios de mayo. “Es importante que los productores hayan iniciado los periodos de riego temprano para adelantarse a la producción y evitar la cenicilla”, aconsejó.
Recordó que el riego temprano no solo fortalece el follaje, sino que también puede permitir a los productores obtener mejores precios al ser los primeros en el mercado.
En resumen, el productor dijo que 2024 ha sido “un año desafiante” para los productores de tamarindo en Colima. Sin embargo, enfatizó que con estrategias adecuadas y condiciones climáticas favorables, “existe la esperanza de que el próximo año sea más prometedor”.