La Corte Constitucional de Ecuador anuló el último estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa, quien lo denominó como la “segunda fase de la guerra” que le ha declarado a las bandas del crimen organizado.
El máximo tribunal de garantías de Ecuador declaró inconstitucional con voto de la mayoría de sus integrantes el decreto 275 que declaraba el estado de excepción en 7 de las 24 provincias del país, así como en un municipio de una octava provincia, bajo la justificación de la existencia de un “conflicto armado interno”.
Este último estado de excepción buscaba reemplazar a otro anterior que abarcaba 5 provincias y que la Corte Constitucional también había tumbado.
La nueva declaratoria suspendía el derecho a la inviolabilidad del domicilio en las provincias de Guayas, Santa Elena, El Oro, Manabí, Sucumbíos, Orellana y Los Ríos, y en el municipio Camilo Ponce Enríquez, de la provincia de Azuay.
En ambos casos, el tribunal consideró que “los hechos mencionados en el decreto no configuran específicamente la causal de conflicto armado interno”, según el fallo hecho público.
Los magistrados resaltaron que, para el decreto más reciente, el argumento del conflicto armado interno “fue la única (razón) invocada por el presidente de la República”.
“Cabe recordar que, por sus importantes implicaciones jurídicas, tanto la jurisprudencia reiterada de esta Corte como el derecho internacional, han establecido que para que se configure la causal de conflicto armado interno se deben considerar 2 parámetros que atienden a la gravedad de la situación de violencia”, apuntó la Corte.
Entre esos 2 parámetros citados por el tribunal está “el nivel de organización del grupo armado y la intensidad de las hostilidades”.
“Sin embargo, en el decreto y en los informes que le sirven de respaldo, no se mencionan indicios relacionados a dichos parámetros”, concluyó.
No obstante, la Corte aclaró que “la constatación de que la declaratoria de estado de excepción no cumple los requisitos previstos en la Constitución no implica un desconocimiento de los graves hechos de violencia y de las complejas circunstancias que el país atraviesa”.