Sáb. Nov 23rd, 2024

ARTÍCULO: No voy en tren… voy en camión

Por Redacción Jun27,2024 #Opinión

Por Marcial Aviña Iglesias

Tenía desde la pandemia que no utilizaba este lujo de autotransporte que los colimenses deberíamos de sentirnos orgullosos de contar con ellos, pues desde antes de que hubiera más coches que personas, como en la actualidad, eran el principal medio de transporte, ahora con el cambio climático pues a muchos se les hace como si viajaran en una rosticería sobre ruedas, naaaaa, es parte del folclore, así como algunas frases que le robo a Chava Flores para que esto se leya rete bonito. ¿A poco nuestros camiones sí que son bien grandotes y rapidotes? ¿Aún se podrá viajar con gallinas como antaño? O ya de perdida con la mascota. Pero eso sí, los pasajeros continúan cargando en ellos los huacales repletos de pitayas, costales con elotes y hasta nopales. ¡Hey, sin raspar el mueble!

Se agradece la preocupación del chófer, vigilando siempre la seguridad de los pasajeros, con esa amable frase: ¡Que se quite de la puerta! Su incansable preocupación por la salud de los que ahí viajamos con la alerta sanitaria de: ¡Oiga que aquí no se fuma! Sin faltar esos deseos por atender el cupo, y con amabilidad pide que nos vayamos pa’atrás, que aún hay lugares para-dos, arrímese más pa’allá, eso sí, sin arrejuntarse tanto que podría incurrir en faltas a la moral de tanto arrepegón. Y para no extrañar La Montaña Rusa, en cada frenada tienes una regresión a la feria, na’mas, absténgase de sacar las manos por las ventanillas y evite tomar fotografías con flash.

Desde las ventanillas, uno puede admirar el paisaje de nuestra amada y odiada urbe, adiós, mi linda Guadalajarita con su monumento a La Madre, ese que tiene más piedra que…, atrás dejamos La Normal y la clínica 11 del IMSS, sigue a través de la asfaltadas calles de la Avenida San Fernando, zigzagueando entre baches tipos cráteres lunares y kamikaze repartidores, no puede faltar en cada semáforo en rojo un show de equilibristas, que hasta el mismísimo Cirque du Soleil  los quisiera en su espectáculo de París; antes de darle vuelta a la ex glorieta del DIF, un ejército de vendedores ambulantes nos ofrece patitos y pistaches de a 10, luego sigue el Camposanto por la Camino Real, si en 2 horas no regreso, guárdenme una tumba allí y, si me gana la nostalgia chance hasta la Maclovio me voy. No me voy, me lleva el camión por unos pesitos hasta la Universidá.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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