La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, llevó a cabo una ronda de entrevistas para elegir a su compañero de fórmula electoral, una decisión que adoptará contrarreloj ante de comparecer públicamente el martes junto al que será su “número dos”.
El Observatorio Naval de Washington, residencia oficial de Harris, albergó las reuniones entre la candidata y 3 políticos demócratas que aspiran a ser el próximo vicepresidente de Estados Unidos: el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro; el de Minesota, Tim Walz; y el senador de Arizona Mark Kelly, lo que los sitúa como favoritos.
Una búsqueda minuciosa
Harris lanzó su campaña hace solo 2 semanas y su equipo ha tenido que analizar en un tiempo récord los perfiles de varios aspirantes, en busca incluso de escándalos ocultos que pudieran dinamitar la campaña si salieran a la luz.
Los demócratas no tienen tiempo que perder en la batalla electoral con el republicano Donald Trump y la semana que viene llevarán a cabo una gira por los estados más competitivos del país que arrancará el martes en Filadelfia (Pensilvania), donde Harris aparecerá por primera vez en público junto a su compañero de fórmula.
Tradicionalmente, el perfil del vicepresidente complementa al del presidente para crear una coalición ganadora, de manera que el “número dos” suele apelar a un grupo de votantes específico, sirve de contrapeso ideológico o ayuda a ganar en un estado clave.
Barack Obama eligió en 2008 a Joe Biden, casi 20 años mayor, para proyectar una imagen más experimentada a su campaña; Trump nombró en 2016 a Mike Pence para asegurarse el voto de los evangélicos que desconfiaban de él; y Biden se hizo acompañar de Harris en 2020 en un guiño hacia las mujeres y los afroamericanos.
Los analistas han dado por hecho desde el principio que Harris, mujer negra de 59 años y originaria de California, elegiría a un hombre blanco, probablemente de un estado clave.