Luces y sombras de la pobreza
Por Alejandro Bernal Astorga
La pobreza es un fenómeno multifactorial que comprende aspectos relacionados con las condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades, impiden la satisfacción de sus necesidades e imposibilitan su plena integración social.
La metodología del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para la medición de la pobreza en México en el periodo 2018-2022 (permite identificar las implicaciones de la pandemia), es multidimensional al vincular dos enfoques: el del bienestar económico y el de los derechos sociales.
En este periodo, la población en situación de pobreza a nivel nacional disminuyó de un 41.9 a un 36.3%, esto es positivo, ya que pasó de 51.9 a 46.8 millones. La recuperación de las fuentes de empleo, la inversión privada y la política salarial han incidido favorablemente para que esto ocurra.
Aun así, 36 de cada 100 personas en México presentaron al menos una carencia social (no tener acceso a los derechos de educación, salud, seguridad social, vivienda y alimentación) y tuvieron un ingreso mensual insuficiente (4,158.35 pesos mensuales por persona en zona urbana y 2,970 en zona rural) para adquirir una canasta conformada por productos alimentarios y no alimentarios para cubrir sus necesidades.
La población en situación de pobreza extrema, con un ingreso insuficiente (2,086.21 pesos mensuales por persona en zona urbana y 1,600.18 pesos en zona rural) para cubrir el valor de la canasta alimentaria y que presenta al menos 3 carencias sociales, pasó del 7%en 2018 a solo 7.1 en 2022, pero significó un aumento de 400 mil personas.
La carencia de servicios de salud se incrementó significativamente al pasar de un 16.2% a un 39.1% entre 2018 y 2022. Esto implica que 50.4 millones de mexicanos tengan que pagar por la atención médica que perdieron; la política de salud presenta muchas áreas de oportunidad. el gasto público en salud en México alcanza el 2.5% del PIB, mientras que la OMS recomienda que sea del 6 por ciento.
El porcentaje de personas con carencia a la seguridad social se redujo de un 53.5% a un 50.2% entre 2018 y 2022, al pasar de 66.2 a 64.7 millones. Si bien esto es positivo, es preocupante que un segmento significativo de la población carezca de medios de subsistencia ante accidentes o enfermedades, ni ante circunstancias naturales como la vejez y el embarazo.
Asimismo, 1.6 millones de personas se sumaron a las filas de rezago educativo; en 2022, el 37.6% de la población de 22 años o más no tiene educación media superior completa o estudios universitarios y esto coarta sus opciones de empleabilidad, emprendimiento y obtención de mayores ingresos.
El porcentaje de la población que presentó carencias por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad disminuyó, al pasar de un 22.2 en 2018 a un 18.2 en 2022, es decir, de 27.5 a 23.4 millones de personas y esto incrementa su nivel de vida.
Las 5 entidades con el mayor porcentaje de la población en situación de pobreza extrema en 2022 fueron Chiapas con 28.2%, Guerrero con 22%, Oaxaca con 20.2%, Veracruz con 13.1% y Puebla con 11.4%. Mientras que las 5 entidades con menor porcentaje de la población en situación de pobreza extrema en este año fueron Baja California Sur con 0.8%, Nuevo León con 1.1%, Colima con 1.2%, Baja California con 1.3% y Sonora 1.7%.
Existen segmentos poblacionales especialmente vulnerados por la pobreza que afecta al 47.5% de los niños menores de 11 años; al 31% de las personas mayores de 65 años; al 65% de la población indígena y al 48.8% de quienes viven en la zona rural.
Los resultados de la medición de pobreza multidimensional 2022 muestran luces y sombras; deben orientar y fortalecer la toma de decisiones en política e inversión pública para atender las carencias sociales y recuperar el nivel de ingreso de las y los mexicanos.
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