Coreando consignas como “¡¿Sin Poder Judicial? ¿Quién te va a amparar?!”, “¡No somos oposición, servimos a la nación!”, “¡Sin colores ni partido, la justicia se ha impartido!”, “¡México, escucha, esta es tu lucha!”, “¡Si el pueblo se informa, no pasa la reforma!”, “¡Somos el Poder, el que te defiende!”, las cuales se repetían una, 2, 3 veces, se desarrolló la marcha convocada por grupos de la sociedad civil y en la cual participaron trabajadores y familiares de quienes laboran en el Poder Judicial de la Federación.
La marcha congregó a varios cientos de personas, en su mayoría trabajadores del Poder Judicial de la Federación, entre jueces, magistrados, actuarios, secretarios de acuerdos, en el centro de la ciudad de Colima, unidos por una causa común: la defensa de su fuente laboral, que, según la protesta, nunca como ahora se había visto amenazada de manera tan directa con despidos.
A la marcha, que partió del Jardín Núñez de la capital y concluyó a la entrada del Palacio de Gobierno, se unieron personas de la sociedad civil, profesionistas, médicos, abogados, y personal del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, entre ellos, los magistrados Bernardo Alfredo Salazar Santana y Miguel García de la Mora, quienes se solidarizaban con las y los trabajadores del Poder Judicial de la Federación.
También participaron el ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima, Sabino Hermilo Flores Arias, los médicos Ulises Herrera Núñez y Armando Velasco Villa, y el analista político Manuel Godina, en representación de los jubilados, acompañado por Donato Adame Vega, María Elena Abaroa y Rosa María Andrade.
Todos querían ser parte de esa protesta. Estuvieron presentes las y los integrantes del colectivo Colima Ciudadano y el colectivo Marea Rosa.
Para esa marcha se contó con el apoyo de 3 patrullas de la Dirección de Seguridad Pública y Vialidad del Ayuntamiento de Colima, al mando del comandante de turno Jesús Cárdenas, quienes resguardaron al contingente en su recorrido por la avenida Madero.
Algunas personas en vehículos que debieron detenerse por el paso del contingente, se solidarizaron con los manifestantes, tocando el claxon o mostrando otro tipo de apoyo. Por la hora de la marcha, la avenida Madero apenas comenzaba a cobrar vida; los establecimientos recién habían abierto sus puertas, y algunos se mostraban sorprendidos al ver la protesta encabezada por una enorme bandera nacional.
Las y los manifestantes afirmaban que los mexicanos no se merecen ni jueces seleccionados por tómbola, ni magistrados nombrados por dedazo. Rechazaban que los funcionarios del Poder Judicial sean designados por sorteo en el futuro, exigiendo que se sigan aplicando exámenes de oposición y que se valoren la experiencia probada, para que los profesionistas más capacitados lleguen a los cargos.
Ellos y ellas corearon consignas como “¡México, entiende, mi trabajo te defiende!” y “¡Juez sin presión, justicia sin corrupción!”.
Madres de familia, empujando carriolas, participaron en toda la marcha. En otros casos, los hijos menores de distintas edades también marcharon, algunos incluso pidieron a sus padres llevar las cartulinas de protesta. En medio de los estribillos de “¡La gente nos pregunta, ¿y estos quiénes son? Somos los guardianes de la Constitución!” e “¡Independencia para las sentencias!”, el contingente llegó al centro de la ciudad. Quienes portaban la bandera nacional se ubicaron frente a la puerta principal del Palacio de Gobierno, la cual aún muestra los estragos de las manifestaciones del 8M, cuando las mujeres fueron reprimidas por policías estatales con gases lacrimógenos.
Las consignas continuaron mientras se esperaba que todos los participantes de la marcha llegaran al lugar, invitándolos a acercarse a donde se encontraba el Lábaro Patrio, desde donde se dirigirían los distintos mensajes de apoyo.
De todo como en botica…
Vinieron las intervenciones que comenzaron con fuerza, manteniendo el interés de quienes habían participado en la marcha, no solo de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, sino también de la sociedad civil que se había sumado al apoyo. Sin embargo, cuando se abrió el micrófono para que cualquiera pudiera expresar lo que sentía, el interés comenzó a decaer después de casi 50 minutos. La gente empezó a retirarse.
Entre los oradores estuvo el magistrado José David Cisneros Alcaraz, quien afirmó que con esas manifestaciones no solo están defendiendo sus derechos laborales, sino también la Patria y la Nación, ante un atropello, una reforma que calificó como “producto de una mente perversa, porque no hay nada más perverso que diseñar una ley de manera injusta. Una ley para correr a todos los magistrados, sin garantía de audiencia ni defensa”.
Otros intervinientes incluyeron a Raúl Díaz Figueroa y al magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Colima, Bernardo Salazar Santana, quien dijo que su participación era a título personal y que no representaba al Poder Judicial del Estado, lamentando que esa instancia no haya fijado su postura respecto a la reforma. También hablaron Gabriela García Márquez, Guillermo Vázquez Michel, y la maestra Rosa María Andrade.
Durante los mensajes, los integrantes del Poder Judicial afirmaron que este es el poder más profesionalizado en México, con el personal más capacitado y especializado.
Los mensajes continuaron, y todos coincidieron en que seguirán en la lucha y no se dejarán doblegar, haciendo un llamado a las conciencias de México, a las mujeres valientes y honestas que todos los días luchan por sacar adelante a sus familias y a los obreros, porque es por todos ellos por quienes lucha el Poder Judicial de la Federación.
Ya casi al final del evento se pidió a los asistentes que aún permanecían “5 minutitos más de su tiempo, tenemos un mensaje positivo que nos quieren compartir a todos”. Se le dio el micrófono a una persona adulta mayor, quien no dio su nombre y solo dijo que era “un mensaje que habla de nuestro padre, entonces, con todo cariño y entusiasmo, quiero dedicarlo a ustedes: Padre Nuestro, creador divino del universo en donde…”, mientras los asistentes escuchaban respetuosamente.
Para cerrar el evento, y agradecer a Pedro Gómez, integrante de la sociedad civil que apoyó esa movilización con el equipo de sonido, se entonó el Himno Nacional Mexicano. Sin embargo, desafortunadamente, a la hora buena no se supo dónde quedó “la pista”. Los asistentes, a capela y abriendo su ronco pecho, entonaron el Himno Nacional Mexicano, el cual fue conducido por el magistrado José David Cisneros Alcaraz.
Fue hasta cuando la gente ya se estaba despidiendo, cuando Pedro Gómez, localizó “la pista” del Himno Nacional.
Así, esta historia continuará porque las y los trabajadores seguirán con su resistencia pacífica, en plantón, en las instalaciones del Poder Judicial de la Federación.