El argentino Ángel Correa volvió a salir del banquillo para salvar al Atlético de Madrid y dejar en tablas el agitado derbi ante el Real Madrid (1-1), resultado que minimiza el pinchazo del Barcelona el sábado (28) en El Sadar ante Osasuna (4-2).
El duelo del Cívitas Metropolitano, no obstante, se recordará, más que por el juego y el resultado, por la suspensión temporal que decretó el colegiado Mateo Busquets Ferrer por el lanzamiento reiterado de objetos desde la grada a la zona de la portería que defendía el belga Thibaut Courtois.
En ese momento, a los 68 minutos, el Real Madrid dominaba por 0-1 tras el tanto obtenido a los 64 por el brasileño Eder Militao con un potente disparo desde dentro del área tras un envío desde la izquierda de Vinicius Jr.
De vuelta a la acción, tras un cuarto de hora de parón con los jugadores en los vestuarios, el Real Madrid pareció tener controlado el choque, pero el afán del Atlético por evitar la derrota encontró la recompensa en la prolongación en el tanto de Correa, de nuevo vital en su salida al césped, un gol que inicialmente fue anulado por fuera de juego pero que fue concedido a instancias del VAR.
El empate deja al Barcelona en cabeza de la tabla con 3 puntos de ventaja sobre el Real Madrid y de 5 respecto al Atlético de Madrid, significa el tercer derbi consecutivo en el que el equipo de Carlo Ancelotti no puede con el de Diego Pablo Simeone.
La mala fortuna frenó al Athletic, que saboreaba un ajustado triunfo ante el Sevilla por el gol de Mikel Jauregizar a los 36 minutos cuando en la prolongación una internada del nigeriano Chidera Ejuke acabó con un centro que remató involuntariamente a su larguero Unai Núñez y el balón acabó entrando tras rebotar en el guardameta mexicano Álex Padilla, que había entrado al campo poco antes por la expulsión de Julen Agirrezabala.
El equipo que Ernesto Valverde, que introdujo 7 cambios respecto al jueves (26) pasado en Roma en la Liga Europa, aprovechó las facilidades atrás del cuadro de Xavi García Pimienta para hacerse con el mando, pero poco a poco el conjunto andaluz, necesitado de encontrar la luz, fue creando peligro, sobre todo a través del belga Dodi Lukebakio (envió un balón al palo) y acabó encontrando la recompensa en el gol de rebote.
Un empate que pone plomo en el camino del Athletic, que había encadenado 3 victorias seguidas, y da aire a un Sevilla que quiere alejarse del peligro y que quiere demostrar su evolución principalmente en el derbi del próximo domingo (6) ante el Betis.