Caitlin Clark, de las Indiana Fever, ganó el premio a la novata del año en la WNBA, el segundo premio seguido que se llevan las Fever puesto que en 2023 lo logró Aliyah Boston.
Máxima anotadora de la historia de la NCAA (en competición masculina y femenina), Clark, llamada a liderar el baloncesto femenil en los próximos años, desembarcó en la WNBA con grandes expectativas y como número uno del draft pero no decepcionó en absoluto.
Así, la base batió el récord histórico de la WNBA de asistencias en una campaña (337) y también el de pases a canasta en un solo partido (19).
Además, superó la marca de puntos para una novata (769), estableció un nuevo récord de triples para una rookie (122) y acabó cuarta en la votación para el MVP, que se llevó A’ja Wilson (Las Vegas Aces).
Clark obtuvo 66 de los 67 votos posibles para ser elegida novata del año. Angel Reese, su gran rival en la NCAA y que ahora juega para las Chicago Sky, se llevó el otro voto tras una temporada de estreno también magnífica en la WNBA.
Clark fue titular en todos y cada uno de los 40 partidos de las Fever en temporada regular y promedió 19.2 puntos, 8.4 asistencias, 5.7 rebotes y 1.33 robos por encuentro.
La de Iowa encabezó a las novatas de la liga en todas esas categorías excepto rebotes, donde fue tercera. Además, formó parte del All-Star y en agosto fue nombrada mejor jugadora del Este en la WNBA.
Hasta su llegada a la liga, ninguna novata en la historia de la WNBA había conseguido un triple-doble. Clark logró 2.
Impulsadas por Clark, que causó sensación en cada pabellón que pisó y que propulsó la audiencia televisiva de la WNBA este curso, las Fever (20-20) se clasificaron para el playoff por primera vez desde 2016 y cayeron en primera ronda contra las Connecticut Sun.