En el minuto 69, cuando Gabriel Martinelli empujó con la izquierda en el segundo palo el 2-1 a favor del Arsenal desató la apoteosis de los aficionados en el estadio Emirates de Londres, aliviados con la remontada de su equipo frente al Southampton, al que dominó casi siempre sobre el terreno, pero apenas en el marcador, para sostener la presión sobre el liderato del Liverpool, un punto tan solo por delante.
El equipo de Mikel Arteta se recuperó de un gol en contra y al desatino, peleado con el gol durante todo el primer tiempo y todo el comienzo del segundo, pero oportuno en su reconciliación ofensiva cuando sentía el partido más complejo y el triunfo más lejano, cuando un zurdazo de Kai Havertz fue clave para empatar instantes después del 0-1.
Sufrió el Arsenal, que mereció ganar casi siempre. Su puesta en escena ya fue un ataque total, sin matices, pleno de ambición. No sólo jugó en campo contrario, sino en torno al área del Southampton, como si fuera un partido de balonmano. Chocó una y otra vez con la replegada defensa visitante, en ocasiones con hasta 10 jugadores dentro de su área.
Un muro resistente, que lo repelió todo. Hasta 11 remates propuso el Arsenal en los primeros 40 minutos. Ninguno tomó el destino correcto, entre los 3 palos, entre la agitación constante de Aaron Ramsdale en la portería contra su exequipo, hasta que un disparo de Thomas probó los reflejos del guardameta, solvente al borde del intermedio.
Ya había avisado en una ocasión el Southampton cuando, de repente, tomó ventaja en el estadio Emirates. Le bastó un robo de balón, un pase de Mateus Fernandes y una buena maniobra en el área de Archer, con un certero tiro cruzado con la derecha para sentirse con unas posibilidades de victoria que no había percibido jamás en los 55 minutos anteriores.
La clave fue la respuesta rápida del Arsenal, que empató 3 minutos después. Un golazo de Havertz. Su zurdazo al borde del área golpeó contra el poste antes de alojarse en la red, sin ninguna opción para Ramsdale, como tampoco la tuvo después, ya en el 69, cuando Sake centró al área y Martinelli, entrado al campo instantes, remachó el 2-1 con la izquierda.
Ni aun así vio aún claro su triunfo el Arsenal, asustado con un remate de Dibling contra el poste, desviado por Mikel Merino -debutante en la “Premier League” este sábado al entrar al campo en sustitución de Jorginho a la hora de encuentro, tras jugar ya esta semana en la Liga de Campeones contra el París Saint Germain-, y aún más con un cabezazo al larguero, hasta que Bukayo Saka lo sentenció todo con el 3-1, entre el fallo defensivo de su rival.