La falta de acuerdo en la Unión Europea (UE) para prolongar la vigencia de sus sanciones a Rusia por la oposición del gobierno húngaro dificulta que el bloque pueda dar a Estados Unidos las garantías que pide para participar en el préstamo, de 45 mil millones de euros, a Ucrania acordado por el G7.
“Ajustar el régimen de sanciones es crucial para proporcionar suficientes garantías a nuestros socios del G7 y facilitar un esfuerzo común del G7”, dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, en una rueda de prensa tras la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) en Luxemburgo.
Los titulares de los Veintisiete debatieron el paquete propuesto por la Comisión Europea en septiembre para implementar el acuerdo sellado en junio por el G7, que consta de 2 partes: un mecanismo de cooperación entre los socios para canalizar los préstamos a Kiev y un paquete de asistencia macrofinanciera de la UE de hasta 35 mil millones de euros, una cuantía que podría reducirse en función de las contribuciones del resto de socios.
Estas 2 medidas se acompañan además de una propuesta para ampliar el plazo de vigencia de las sanciones relativas a los activos rusos inmovilizados de 6 meses a 3 años, con el fin de que estas medidas punitivas sean más estables y, en consecuencia, también los beneficios que generan esos activos y que servirán para financiar los créditos.
“Hubo un gran apoyo al paquete hoy por parte de los ministros, incluyendo un apoyo ‘quasi-unánime’ a la revisión del régimen de sanciones”, dijo Gentiloni, quien no precisó qué Estados se opusieron a esta modificación.
A su lado, el ministro de Finanzas húngaro, Mihaly Varga, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE, admitió que Budapest prefiere tomar la decisión sobre las sanciones una vez se conozca el resultado de las elecciones en Estados Unidos del 5 de noviembre.
“Ya se puede ver en la campaña de los candidatos que hay 2 modos completamente diferentes de resolver el problema, una en dirección de la paz y otra en dirección de la guerra, así que creemos que el tema debería ser resuelto tras las elecciones”, dijo el ministro, que forma parte del Ejecutivo dirigido por Viktor Orbán, próximo al republicano Donald Trump.
“Hay consenso menos uno con respecto a la prolongación”, confirmó el ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, quien explicó que todos los intervinientes en el debate, que fueron casi la totalidad de los Veintisiete, se mostraron a favor de la extensión de las sanciones para “seguir de la mano” de los aliados europeos durante el conflicto.
La modificación del régimen de sanciones va dirigida a calmar los recelos de los socios del G7, y especialmente Estados Unidos, sobre cómo se financiarían los préstamos a Ucrania en caso de que la UE no sea capaz de renovar sus sanciones y los activos dejen de estar inmovilizados.
Cualquier decisión sobre sanciones requiere de la unanimidad de los 27 países de la UE y desde el inicio de la guerra Hungría ha amenazado en varias ocasiones con bloquear su renovación.
Gentiloni explicó que casi todos los ministros se mostraron favorables al cambio porque ésta es una “condición previa” para que Estados Unidos participe en la operación, pero también porque apuestan por una “justa distribución de la carga” entre todos los países del G7 y ven la participación de Washington importante para convencer “a todo el Mundo de que ésta es la iniciativa correcta”.
Estados Unidos ha indicado que, si se modifica el régimen de sanciones, estaría dispuesto a aportar 20 mil millones de euros a este paquete de ayuda a Kiev.
Mañana los embajadores de los Veintisiete ante la UE debatirán las medidas y se espera que puedan aprobar el marco de cooperación y la asistencia europea, pero no así las sanciones, según indicó Cuerpo.