Por José Luis Negrete Ávalos
La trascendencia de los hechos que pueden irrumpir en la cotidianidad de una sociedad, puede llegar a tener resultados o consecuencias que logren situar de manera positiva estos hechos, siendo palpables en el tiempo, o en futuras situaciones que impliquen una repetición constante que indudablemente quedan con naturalidad, modificando en algún momento necesidades que se vuelven visibles y certeras.
Por ejemplo, los temas en los cuales la discapacidad está presente y que en distintos espacios se han señalado, pone el relieve perfecto para tomar en cuenta una vez más el valor de los hechos trascendentes en el que este grupo prioritario aparece mostrando esa presencia con un trasfondo histórico de lucha y esfuerzo no por reconocimiento, sino por el énfasis de sus derechos humanos.
Tal hecho es el que se da en la esfera política del Estado de Colima, al llega por la vía de la representación proporcional la primera diputada de la local por el distrito 13 de Manzanillo integrante de la comunidad sorda Sharon Monserrat Díaz García.
Un hecho totalmente inédito, efecto de la modificación al código electoral del estado, al determinarse la aplicación de acciones afirmativas para los grupos prioritarios, en este caso personas con discapacidad, acciones notorias en el pasado proceso electoral.
Pero la pregunta ante este hecho positivo es ¿La comprensión de la sociedad sobre la discapacidad es suficiente hasta este momento tomando como ejemplo la apertura de este grupo en espacios políticos?
El caso suscitado es positivo, dado que más allá de las circunstancias, se logra un avance significativo dejando constancia del resguardo bajo las normas internacionales, nacionales, y locales dispuestos hasta el momento para reivindicar el derecho a la participación política de las personas en esta condición.
En particular para la comunidad sorda, sin embargo, esto solo es la apertura de una puerta que debió estar abierta tiempo atrás, pues los temores, los prejuicios, las ideas preconcebidas siguen latentes, por ello es oportuno mirar hacia adelante y considerar lo que se ha hecho, asimismo, lo que falta por hacer, fuera de la trama del poder y las ideologías que muchas ocasiones inciden en la posibilidad de los cambios para este sector social.
El criterio de inclusión y participación tiene que estar en función de los derechos, las habilidades, la capacitación, y la consulta hacia las personas con discapacidad como efecto momentáneo las acciones afirmativas, dejando la apertura política que se presenta, como un hecho común, un hecho necesario dentro del sistema político.
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