Por Alejandro Prieto
Mejorar la inserción internacional y la competitividad, generar trabajo, emprender reformas microeconómicas o avanzar en la transformación del sistema tributario son algunas de las propuestas económicas de los principales partidos que disputan las elecciones de Uruguay.
A solo tres días de las presidenciales donde se prevé un posible balotaje entre el frenteamplista Yamandú Orsi y Álvaro Delgado del Partido Nacional y de las parlamentarias que según la última encuesta de la consultora Cifra, el Frente Amplio cuenta con una intención de voto del 44%, el Partido Nacional del 23% y el Partido Colorado del 15%, las propuestas económicas pasaron “por abajo del radar” en la campaña electoral.
Si bien hubo una discusión “más o menos en serio” en torno al plebiscito sobre la seguridad social que también se disputa, en materia económica hay que ir al papel para encontrar la mayoría de las propuestas, según asegura en diálogo con EFE el economista José Licandro.
En un mundo incierto
En esto coincide la magister en Economía, Derecho y Política de la integración regional Daiana Ferraro, quien, consultada concretamente por la política exterior, apunta que esta estuvo casi “ausente” durante la campaña, donde, salvo por expresiones de candidatos sobre la situación de Venezuela, no apareció en el centro del debate.
Sí lo hizo en los programas publicados por la coalición de izquierda Frente Amplio (FA) y por los oficialistas Partido Nacional (PN), Partido Colorado (PC), Cabildo Abierto (CA) y Partido Independiente (PI), donde, señala, hay lecturas compartidas de la posición uruguaya en un contexto global complejo.
“En temas de multilateralismo, cooperación para la paz, estabilidad y desarrollo no noto grandes diferencias. Algunos, por ejemplo el FA, proponen ser más activos en esto, mientras otros más bien hablan de buscar soluciones a través del derecho internacional”, resume.
Sobre el Mercosur, asegura que el PN habla de continuar en la postura del Gobierno de Luis Lacalle Pou, de “sinceramiento” sobre la rigidez de un bloque que el mandatario denominó “lastre” y propone fortalecer su agenda externa, mientras que el FA también propone modernizarlo y el PC no menciona al bloque en su programa.
En tanto dice haberse sorprendido de ver que el PN dedicó un apartado a China e ideas sobre “reforzar la visión hacia Asia” en la mayoría de los partidos, para la docente actualmente el mundo es tan incierto que, con un ‘Supermartes’ estadounidense a la vuelta de la equina, todo puede cambiar repentinamente y hay que monitorear los acontecimientos.
De todos modos, considera que para Uruguay será “clave” intentar “construir integración” con sus vecinos, gobernados por el ultraderechista Javier Milei en Argentina y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, en antípodas.
“Las fronteras siguen siendo las fronteras y nuestro comercio también está vinculado a los socios regionales. Hay que mejorar en ese plano y para eso va a haber que destinar tiempo, paciencia e intentar llegar a acuerdos, aunque sean mínimos”, señala.
Asimismo, puntualiza que el FA apuesta por una política exterior “activa” pero con más “consensos previos” que la afín a la continuidad de un Gobierno de Lacalle Pou al que le faltó “trabajo negociador” en ese sentido.
Propuesto y no propuesto
En materia económica, para Licandro es “difícil” hacer un balance sobre unas propuestas en las que faltan “medidas concretas”.
“Hay muchísimo para hacer. Somos una economía muy ineficiente y que el país sea muy caro es el reflejo; tenemos muchas regulaciones bastante absurdas que generan inconveniencias en distintos mercados y una presión tributaria relativamente alta que tampoco ayuda”, valora.
Según el experto, si bien los partidos dicen que “hay que crecer más”, está claro que “siempre es mejor ser lindo, joven y sano que pobre, feo y enfermo”, pero, subraya, “eso hay que acompañarlo con algunas solideces”, como una inflación más baja.
“Tenemos una inflación que está entre 5 y 6%, que es la parte alta del rango (meta) y, salvo la propuesta de (Álvaro) Delgado (candidato del PN) de llevarla al 3%, los demás no dicen nada”, critica quien apunta que el FA no fue claro, pues habló de bajarla a 4% pero con costos en competitividad aparejados.
En sus programas, en tanto, el FA, el PN y el PC coinciden en la necesidad de promover la inversión y el empleo y en mejorar la competitividad de la economía, aunque la izquierda pone su énfasis en la diversificación productiva mientras los centroderechistas plantean reducir puestos y costos estatales.
Si bien el PC y el PN proponen “reformas microeconómicas” para mejorar la eficiencia de un país que reconocen “caro”, ausentes en el caso del FA, este se desmarca en proponer incentivos al cooperativismo.