Una de las dependencias de la Universidad de Colima que rindió cuentas del trabajo realizado este último año, durante la jornada de informes en el Paraninfo, es el Centro Universitario de Bienestar Integral (CUBI), en voz de su directora, Gabriela Concepción Vargas Rueda, quien reportó la cantidad de actividades que impactaron la salud física y mental, el desarrollo humano, la inclusión de personas con discapacidad, el fortalecimiento familiar y la promoción de una cultura de paz en la comunidad universitaria y la sociedad en general.
En la UdeC, el CUBI es la instancia dedicada a fortalecer el bienestar de la comunidad universitaria mediante acciones de formación y atención dirigidas a estudiantes de nivel medio superior, superior y posgrado, así como al personal universitario.
Vargas Rueda reportó que realizaron 33 actividades formativas como cursos y talleres, donde participaron 1,403 personas en temas esenciales como cultura de paz, inclusión, parentalidad positiva, salud mental, educación integral en sexualidad, facilitación de grupos y procesos de adaptación para estudiantes en movilidad académica.
Además, realizaron actividades para atender a la comunidad de discapacitados universitarios, que es de 223 estudiantes, y para atender estudiantes en los módulos de salud universitaria en temas de métodos anticonceptivos gratuitos y orientación personalizada sobre prácticas sexuales responsables.
Entre el centenar de actividades llevadas a cabo este último año destacó el Club Universitario de Bienestar, donde participaron 570 estudiantes de nivel medio superior y superior, y el taller “Comiendo bien, viviendo bien” , con la asistencia de 189 estudiantes de nivel medio superior.
Gaby Vargas resaltó también la fumigación del 80% de planteles para combatir el dengue, el diagnóstico de salud “Acciones PrevenIMSS” aplicado a 9,239 estudiantes de primer ingreso de nivel medio superior y superior para la prevención del consumo excesivo de alcohol, y las 13 ferias denominadas “Conciencia joven, que el alcohol no te haga caer”, en las que 3,339 estudiantes reflexionaron sobre las consecuencias del consumo excesivo de alcohol.
Trabajaron, con acciones específicas, en torno a los rubros de extensión y gobernanza universitaria, y a los ejes transversales de internacionalización y gestión ambiental.
Vargas Rueda concluyó su informe de labores señalando que estas actividades reflejan el compromiso con la salud, la inclusión, la paz y el desarrollo integral de nuestra comunidad universitaria. “Es el fin -dijo-, pero también es el comienzo, porque cada acción emprendida, cada taller impartido, y cada estudiante impactado son pasos firmes hacia la construcción de una Universidad más humana, solidaria y comprometida con el bienestar de todos y todas”.
