Envejecimiento en México: desafíos actuales y futuros
(Viviendas amigables para Personas Adultas Mayores)
Por Jesús David Amador Anguiano*
Durante la etapa de la vejez, las Personas Adultas Mayores (PAM) enfrentan cambios físicos, psicomotrices y sociales, que se reflejan en el tipo de alimentación, el sueño, el discurso, la disminución de la velocidad de sus movimientos, el surgimiento de enfermedades o complicaciones de las existentes, el incremento en la demanda de acceso a los servicios de salud y a redes de apoyo, la dependencia de otras personas por la disminución en su autonomía para el desarrollo de las actividades cotidianas, la necesidad de recibir cuidados formales e informales y a vivir en espacios amigables respecto a su condición de vida.
Los espacios donde se vive con las PAM, ya sea en casa habitación familiar, en casa de retiro, en asilos o residencias, deben ser amigables, con infraestructura y distribución espacial adecuadas que permitan el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana como vestirse, alimentarse, trasladarse, etc., de una manera independiente, funcional y autónoma. Por ello, la realización de un diagnóstico gerontológico y de la vivienda de estas personas permite valorar si el espacio donde habitan es amigable con la persona adulta mayor o si requiere de modificaciones en su infraestructura.
En el diagnóstico deben considerar aspectos como:
De la Persona Adulta Mayor:
• Verificar si es autónoma, es decir, si se puede valer por sí misma para el desarrollo de actividades cotidianas como: bañarse, comer, vestir, subir o bajar escaleras, trasladarse.
• Valorar si tiene alguna enfermedad o padecimiento que impida el desarrollo de sus funciones.
• Conocer las condiciones psicológicas, familiares y socioeconómicas.
• Conocer las necesidades y problemáticas percibidas por la propia persona adulta mayor.
• Identificar las redes de apoyo con las cuenta.
De la vivienda:
• Conocer las características de la vivienda (tipo de superficie, bardas, techo, número de niveles, etc.)
• En caso de ser una casa de dos niveles, verificar si en la planta baja se cuenta con dormitorios.
• Valorar si las escaleras permiten la seguridad para subir y bajar.
• Evaluar el tipo de piso o superficie tiene la vivienda.
• Valorar si el o los baño(s) cuenta(n) con barras, pisos o cintas antiderrapantes.
• Valorar si los sanitarios tienen la altura o los mecanismos para evitar esfuerzos complejos.
• Identificar los factores de riesgo que podrían provocar accidentes.
• Identificar los ingresos personales y familiares.
En este sentido, se enfatiza la necesidad de generar viviendas amigables en México, donde se garantice la distribución adecuada de los espacios y las medidas de seguridad adecuadas. Para ello, se recomienda:
• Instalar barras, barandales o agarraderas que sirvan de soporte y seguridad en espacios como baños, cuartos y pasillos.
• Eliminar objetos que puedan causar tropiezos y accidentes al arrastre de los pies, como alfombras y tapetes.
• Instalar cintas antiderrapantes en lugares con humedad (dentro y fuera de las regaderas), pisos resbalosos o en su caso, colocar en la casa piso antiderrapante; esta medida disminuye los riesgos de caída.
• Colocar silla de ducha en el baño, con sus respectivos brazos y respaldo.
• Colocar camas eléctricas que faciliten el acceso a la hora de acostarse y levantarse.
• Utilizar regadera con extensión de mano.
• Proteger las esquinas de bardas, muebles o cualquier otro borde filosos.
• Quitar escalones y en su lugar colocar rampas, para poder facilitar la circulación dentro de la vivienda.
• Colocar salva escaleras eléctricas cuando no sea posible que el adulto mayor desarrolle sus actividades en la planta baja de la vivienda.
• Utilizar vajillas que no se puedan romper.
• Sustituir las perillas de las puertas por manivelas o palancas.
• Colocar detectores de humo en diferentes espacios de la vivienda.
• Evitar superficies con vidrio.
• Pintar desniveles que se encuentren dentro y fuera de la vivienda.
• Mantener el orden de las cosas.
• Eliminar los obstáculos que dificulten el paso y la movilidad como: muebles, alfombras, mesas no estables, macetas, etc.
• Generar espacios amplios para la movilidad, en el área del baño, regaderas y demás espacios por donde transita las PAM.
• Colocar al alcance de las PAM, utensilios de cocina, interruptores de la luz, cajones, accesorios personales, etc.
• Procurar que la altura de la cama e inodoro sea entre 47 cm a 50 cm.
• Colocar sistemas de botones de pánico o emergencia dentro de la vivienda y propicia que las PAM tenga acceso a controladores como relojes de pulso, collares, llaveros, celular, etc.
• Situar cajas de llaves para su ubicación, así como localizadores para encontrar accesorios perdidos y descargar la aplicación en un teléfono compatible.
Estas modificaciones hacen más amigable la autonomía, funcionalidad y seguridad de las Personas Adultas Mayores, sin embargo, se requiere contar con las condiciones económicas suficientes y/o la red de apoyo para implementarlas. No obstante, es importante generar políticas públicas que garanticen el acceso a viviendas amigables y con medidas de seguridad adecuadas.
La investigación citada “Envejecimiento en México: desafíos actuales y futuros para el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde la perspectiva de Trabajo Social”, puede consultarse en la siguiente liga: https://revista.acanits.org/articulos/index.php/Rev_acanits/article/view/43.
*Profesor investigador de tiempo completo adjunto a la Facultad de Trabajo Social, Universidad de Colima
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.