La promesa de una casa propia
Por Rosario Gutiérrez
El panorama de los adultos jóvenes y jóvenes para obtener casa propia, pinta gris. Las remuneraciones están por debajo de lo necesario y la informalidad es un obstáculo, pues esta no permite contar con apoyos como el Infonavit para hacer de este deseo, una realidad.
De acuerdo con el medio nacional, El Economista, en la Ciudad de México, por ejemplo; el comprar un departamento cuesta alrededor de 4 millones de pesos, lo que supondría que una persona tendría que ganar 120 mil pesos mensuales para poder pagar su hipoteca.
Sin embargo, en México el salario mínimo apenas sobrepasa los 8 mil pesos, lo cual ganan 4 de cada 10 personas.
Recientemente la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció un Plan Nacional que pretende ayudar a combatir esta imposibilidad, con casas nuevas a través del Infonavit y la Comisión Nacional de Vivienda que serán asequibles para los ciudadanos y que están pensadas justo para quienes ganen entre uno y dos salarios mínimos.
La noticia y la intención son buenas, pero habrá que cuidar la ejecución del programa y como ciudadanos, señalar y monitorear el plan, pues recordemos que en sexenios pasados si dieron créditos para viviendas de mala calidad, en lugares donde los servicios básicos nunca llegaron lo que empujó a las familias a dejar esas casas y con ello, no seguir pagando sus créditos.
Esto ha provocado que en estados como Jalisco haya un alto grado de abandono en ciertas zonas y de acuerdo con los datos del Inegi de 2020, en todo México hay arriba de seis millones de viviendas abandonadas.
El plan de Sheinbaum es ambicioso pero necesario y de concretarse como ella lo ha planteado, significará dotar de patrimonio a familias y jóvenes que veían este sueño como uno casi imposible.
Como ciudadanos, reitero, es nuestro deber estar alertas, monitorear y sobre todo informarnos para poder ser parte de este plan.
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