Jalen Hurts, mariscal de campo de los Philadelphia Eagles, reveló que la derrota sufrida en el Super Bowl LVII hace 2 años fue un evento transformador en su vida.
“La alegría de ganar el Super Bowl no tuvo comparación con el dolor de perderlo. Aprendí cómo procesar todo después del juego, supe dónde estaba mi corazón, cambió mi alma”, dijo el MVP del Super Bowl LIX, en el que los Eagles vencieron 40-22 a los Kansas City Chiefs, en una revancha de la edición LVII.
Hurts, de 26 años, ofreció estas declaraciones en el regreso de los Eagles a su estadio, el Lincoln Financial Field de Filadelfia, donde los jugadores hablaron con los medios y se les tomó las medidas para los anillos de campeones de la NFL. Durante la charla, se le preguntó sobre su actitud seria en los últimos minutos del juego, cuando su equipo dominaba a los Chiefs por 40-6.
“Estaba tratando de procesarlo, aún hoy lo estoy haciendo”, explicó el mariscal de campo. “Estaba realmente concentrado en el momento. Es como si no tuvieras ninguna expectativa y no sabes cómo responder a ello. No tenía ninguna comparación respecto a este momento, sólo el dolor de haberlo perdido”.
En su casillero, Hurts tenía una imagen de Michael Jordan, con la famosa frase del exjugador de la NBA: “Algunas personas quieren que suceda, otras desean que suceda, otras hacen que suceda”. A pesar del entusiasmo generalizado en el equipo por el título obtenido, Hurts reconoció que el proceso de asimilar la victoria aún lo tenía en reflexión.
Otros jugadores, como el esquinero James Bradberry, también compartieron su emoción por ser parte del título. “Voy a recibir un anillo de campeón. Siempre podré decir que soy campeón del Super Bowl”, expresó Bradberry. Mientras tanto, Isaiah Rodgers mostró orgulloso su tatuaje con el número 34 y el marcador 40-22 del Super Bowl LIX. El corredor Saquon Barkley sorprendió al regalar cervezas a cada miembro de la línea ofensiva de los Eagles.
El equipo se alista ahora para el desfile de la victoria, que tendrá lugar este viernes 14 de febrero en las principales calles de Filadelfia para celebrar con su afición la obtención del trofeo Lombardi.