Por José Luis Negrete Ávalos
México tiene la peculiaridad extraordinaria de ser bastante diverso en distintos aspectos, entre los cuales puede describirse el pasado cultural, los distintos ecosistemas que convergen de norte a sur, una nación que a través de importantes luchas sociales ha tenido la resiliencia necesaria para salir adelante; inmersa hasta hoy en retos que superar.
Con una sociedad heterogénea, que se encuentra de paso en el escenario de las decisiones, una vez más el telón de la política se abre de izquierda a derecha, del mismo modo que el sistema de partidos encuentra la forma exacta, para dar la primera llamada a una puesta en escena que en otras ocasiones ha ocurrido, esta vez hacia el 2024.
Las definiciones de las y los aspirantes del Frente Amplio por México por cuestión de una decisión lógica con base en los resultados hasta el pasado miércoles (30), será Xóchitl Gálvez, mientras que en Morena, será en las encuestas el 6 de septiembre, cada cual, con sus reglas, procesos y o modificaciones; en todo este camino de aspiraciones, apoyos de simpatizantes, militancia y peso de ideologías, existe una pregunta ¿La figura resultante de las elecciones del próximo año será capaz de asumir esta responsabilidad en esa heterogeneidad social?
La respuesta a raíz de esta cuestión se entrelaza con el hecho de esa heterogeneidad social, es decir, ante el hecho de saber que la sociedad mexicana se compone por distintos grupos, y estos a su vez enfrentan problemáticas y necesidades regionales, o comunitarias, quienes demandan soluciones que conlleven acciones, propuestas y ejes que disminuyan las problemáticas: de salud, estabilidad económica, de seguridad.
Pero desde un punto de vista objetivo, una de las mayores responsabilidades para la nueva administración y la presidenta o presidente en el próximo sexenio, será comprender que la polarización, la separación de sectores sociales, los sesgos de las ideas no son las mejores estrategias para el desarrollo de nuestro país.
Pues es preciso encontrar cohesión entre las partes de esta nación, cada persona, cada comunidad, cada sector social, sea visto como un elemento indispensable para la paz, y la propia legitimidad en las decisiones de la próxima administración federal.
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