Sáb. Abr 12th, 2025

Hermanas al ritmo del Carnaval

Por Redacción Mar18,2025 #Colima #Especiales
(Foto de Alejandra Regla Maldonado)

**En uno de los municipios más vulnerados del estado de Colima, dos hermanas hacen del baile y el espíritu del Carnaval una pasión que reúne a chicos y grandes, con éxitos en toda la región.

Por Alejandra Regla Maldonado*

Una brilla imponente sobre el carro alegórico, con sonrisa amplia y un saludo digno de reina; la otra baila a ras de calle, dirige y resuelve cualquier contratiempo. Son Gema y Lorena Rodríguez Vizcarra, 2 hermanas armeritenses que han encontrado en la danza y la docencia una forma de dar vida a una de las tradiciones más emblemáticas de su municipio y la región: el Carnaval.

Desde 2007 han participado en la festividad de distintas maneras, integrando diversas agrupaciones y colaborando en múltiples actividades. Sin embargo, en 2024 decidieron aventurarse por cuenta propia y fundar Producciones GeyLo, un proyecto independiente que transformó su amor por el Carnaval en una experiencia única, llena de algarabía y colores neón.

“Cuando se retomó el carnaval, después de la pandemia, mi hermana me dijo que quería sacar su propia comparsa; con nuestro apoyo, que ahora sí todo el trabajo fuera solamente de nosotras: la idea del tema, el vestuario, la coreografía, absolutamente todo”, cuenta Lorena.

Al principio, Lorena dudó. Sabía el esfuerzo que implicaba coordinar un evento de tal magnitud: estrés, cansancio y una carga de trabajo abrumadora. Terminó sumándose. “Ya estando en el proceso, pues me encanta”, admite con una sonrisa.

Un carrusel de sueños

El espectáculo es un estallido de color y energía: ahora están vestidos con leotardos de colores fluorescentes, colas de caballo color amarillo y rosa pastel, penachos en forma de cabezas de unicornios, rodeados de luces y muchos brillos, ayudándose con el maquillaje y gritándose que se ven increíbles mientras se toman fotos.

Pero llegar hasta ahí no fue fácil. Durante meses recorrieron Armería y sus alrededores recolectando fondos: boteando en plazas, organizando rifas y llevando música en vivo al jardín principal, donde los bailarines pedían donaciones a cambio de dulces, todo para poder sustentar la comparsa.

Este 2025, “Carrusel de unicornios” se presentó en 5 carnavales distintos: Manzanillo, Cuyutlán, Barra de Navidad, Tecomán y Sayula, consiguiendo 4 primeros lugares y un tercer lugar, respectivamente.

Cosa de familia

“Gema es la mente creativa. Ella creó la idea, el tema, diseñó el vestuario, la coreografía y yo entregué oficios, cité a las personas, recolecté el dinero y cuidé que no le hiciera falta nada para que ella pudiera trabajar sin complicaciones”, explica Lorena mientras saca de una enorme caja de cartón, cabezas de unicornios y los entrega a cada participante, a la par que verifica que todo esté listo para la acción.

La comparsa independiente GeyLo se conforma físicamente por alrededor de 50 personas, entre bailarines, bailarinas y staff, pero representan el trabajo de familias completas y el orgullo de un municipio.

“Tenemos el apoyo total de nuestras familias, de nuestros esposos, sobre todo. Ellos, más allá de permitirnos dedicarle casi el 100% de nuestro tiempo a la organización del carnaval, nos los aplauden, y yo creo que eso es determinante para lograr lo que hemos logrado. Ellos también son el motor. Siempre nos andan echando porras, incluso se involucraron en todo”:

Oliverio, esposo de Lorena, fue conductor de la camioneta que lleva el equipo de sonido y/o el conductor del carro alegórico. Se involucró en la elaboración, reparación y soldadura de materiales, apoyó en la tesorería; fue un mil usos.

Luis, pareja de Gema, fue técnico de sonido e iluminación, fue el DJ, amenizó, apoyó en la elaboración y diseño del carro alegórico; coordinó, diseñó la estructura del mojigango, elaboró y reparó materiales, en fin, otro mil usos.

“Nosotros 4, al momento de estar en el carnaval, tenemos que estar comunicados y en sintonía. Eso es muy importante”.

Y así se les ve: mientras Lore y Gema entregan su esencia al público en una coreografía en la que pasan de la salsa al merengue y de la cumbia colombiana al mambo, Oli atiende los tiempos pautados para detenerse y después avanzar lentamente. Le ofrece agua a su esposa, se baja del vehículo mientras desarrollan la coreografía y echa un vistazo general a las personas. Por su parte, Luis anima al público, hace 3 llamadas a los bailarines y bailarinas del carrusel, y entre una cosa y otra también ve a Gema y le toma fotos.

A lo lejos, al final de la comparsa se observa a la maestra Chela caminando a pie de calle, acompañando muy de cerca la comparsa de sus hijas, con paso tranquilo y sonrisa amable, siempre saludando a quien se encuentre en su camino. “Ella es la que nos da la pila para seguir adelante, nos aplaude tanto, nos ve con todo el merequetengue encima y se emociona”.

Bailar contra el contexto

Ellas nacieron y viven en Armería, el municipio más joven del estado de Colima, con poco más de 28 mil habitantes. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ocupa el cuarto lugar en porcentaje de población en situación de pobreza y el segundo en rezago educativo.

En ese contexto, el amor por el Carnaval se convierte en algo más que una fiesta: es una oportunidad para que las y los jóvenes armeritenses se involucren en el arte, el esparcimiento y la actividad física, reforzando valores fundamentales.

“Para nosotras es muy importante la responsabilidad, es todavía más importante que su habilidad dancística y eso lo hemos comprobado año con año, eso nos ha ayudado a seleccionar a las personas que queremos. Es un valor que se fortalece”.

Para dimensionar la técnica dancística necesaria para realizar una comparsa basta con mirarla con detenimiento. Hay 3 tipos de baile: en el baile libre, los unicornios salen del carrusel e interactúan con las personas, arman un alboroto, sacan a las personas a bailar, se hidratan. Aquí suena música de moda, canciones que fueron elegidas por Gema, por Lorena y algunas propuestas de las y los muchachos.

Es aquí cuando Luis anuncia la primera y segunda llamada y la comparsa sabe lo que significan: primera llamada es para alertar que pronto van a iniciar; segunda llamada es para ponerse en posición. Aquí la música se detiene y da paso a la tercera llamada que marca el inicio de la coreografía que ensayaron por alrededor de 4 meses.

Luego está la coreografía ensayada. En este tipo de baile todo el contingente se detiene y cada integrante sabe lo que debe hacer. El staff se prepara para entregar las sombrillas coloridas y el público fija la vista y se deja hipnotizar por esa estampida de unicornios neones que comienzan a moverse con movimientos exagerados al ritmo del mambo, la salsa y el merengue.

Y finalmente, las líneas de avance; dado que es un desfile largo y hay que avanzar. Se diseñó una coreografía que se adapta a esas necesidades, de manera que el público que no pudo apreciar la coreografía completa pueda tener una probadita de todo lo que han trabajado durante estos meses.

“Toda la gente me dice que esto es por puro amor al arte porque lo que ganamos es para recuperar de los gastos que se hicieron, pero nosotras no lo vemos así, creemos que es como pagar un curso o un taller, se aprende mucho al participar en el carnaval, conoces a muchas personas, creces, los muchachos aprenden a bailar, a presentarse, a ser responsables”.

Para Gema y Lorena, el Carnaval es más que una tradición: es un reflejo de su comunidad, un espacio de resistencia y una demostración de que, con pasión y esfuerzo, es posible llenar de magia incluso los escenarios más adversos. Quién sabe qué pasaría -en el Mundo mágico y utópico del Carnaval– si ante la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, nos pusiéramos bailar.

*Texto y fotografías de Alejandra Regla Maldonado

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