Por Maestra Ruth Holtz*
Una de las razones más radicales para acudir a una psicoterapia es el encontrar un espacio privilegiado para conocerse uno a sí mismo. Tener un experto como escucha de nuestro contenido emocional y mental, ayudándonos a entender nuestros motivos más profundos e incluso inconscientes que han conformado la forma de ser que tenemos y los sufrimientos por los que cursamos.
La capacidad que tenga el psicoterapeuta para hacer las preguntas pertinentes, ofrecer hipótesis sobre nuestro comportamiento que motiven nuestro pensar para acceder a nuestro interior en busca de respuestas es algo de mucho valor. Si además nos ofrece técnicas que nos permiten conocernos de una manera que no imaginábamos, como, por ejemplo, a través de nuestro cuerpo. Las restricciones que hemos puesto para expresar nuestras emociones cobran una factura muy alta a nuestra fisiología, pero también ésta habla. Saber leer en nuestro cuerpo lo que hemos negado, más aún, lograr que brote en ese espacio privado que es la psicoterapia, es una oportunidad de oro.
Escuchar con el bagaje científico y la experiencia profesional en el área, vuelve nuestros relatos una puerta abierta a conocernos de acuerdo a esa visión desarrollada por años y años de investigación sobre la mente y el cuerpo que han realizado muchos psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas que han formado parte de los estudios de dicho profesional.
La confianza, la disponibilidad y la apertura del consultante también permite que en ese espacio vital que es la psicoterapia, vea la verdad, quizá que ha evitado. El miedo a sufrir, a no pertenecer, a no ser aceptado, a la soledad nos puede llevar a generar un ser falso, acorazado, preocupado de defenderse, en vez de abrirse a la experiencia. Y eso tiene un costo fisiológico. Pero, sobre todo, nos lleva a engañarnos, a ser desleales con nosotros mismos al mentirnos, al reprimirnos, al traicionar nuestros verdaderos deseos y necesidades y a evitar nuestro ser auténtico.
La psicoterapia es el espacio para poder conocernos a nosotros mismos y abrirnos a la verdad de lo que nos ha pasado, de cómo somos, de nuestra responsabilidad y de nuestras posibilidades para ser auténticos, plenos y libres.
Todos tenemos una historia, pero como dice el dicho, “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Y lo grave es que a nivel personal no sólo es saber, sino hacer un esfuerzo por cambiar el rumbo sanando las heridas para que el inconsciente no nos lleve a vivir más de lo mismo. La psicoterapia te permite conocerte. Reconocer tus heridas y poderlas sanar. La oportunidad de vernos a nosotros mismos de manera profunda y recobrar nuestro poder interno es inapreciable.
*Psicoterapeuta. Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40 | Correo: biopsico@yahoo.com.mx
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