La playa de Boca de Pascuales, uno de los destinos turísticos más emblemáticos del municipio de Tecomán, enfrenta una amenaza poco habitual en pleno arranque de la temporada vacacional: las bajas temperaturas. De persistir el clima frío en una parte del tramo del día, el flujo de visitantes podría verse severamente afectado, generando un impacto directo en la economía local, que depende en gran medida del turismo.
Así lo advirtió la comisaria de la localidad, María del Rosario Vargas Sánchez, quien en una entrevista expresó su preocupación ante la escasa afluencia de turistas en los últimos días. “Realmente está haciendo muchísimo frío. Incluso desde las 5 de la tarde ya se siente el fresco, y por la noche está muy, muy frío. Dicen que ya viene la ola de calor, pero en Pascuales aún no la vemos”, señaló la funcionaria.
La actual condición climática, caracterizada por vientos persistentes y temperaturas inusualmente bajas para esta época del año, ha frenado las reservaciones en comercios, restaurantes y hospedajes de la zona. Dijo que los comerciantes de la comunidad ven que, a diferencia de otros años, este inicio de abril no ha mostrado señales de una reactivación turística significativa.
El fenómeno no solo afecta el ánimo de los visitantes, sino también a prestadores de servicios que se preparan todo el año para estas fechas. “Los turistas buscan sol, playa y calor… y este año, hasta ahora, no lo estamos teniendo”, lamentó un restaurantero de la zona.
Más allá del clima, la comisaria Vargas Sánchez hizo un llamado urgente a las autoridades municipales y estatales para que refuercen la presencia de salvavidas durante Semana Santa y Pascua. La playa de Pascuales, reconocida internacionalmente por su fuerte oleaje, representa un reto en términos de seguridad, especialmente por la combinación de mar abierto y la desembocadura del río.
“La playa es abierta, el río tiene lugares hondos y hay que prevenir cualquier accidente. Necesitamos al menos 12 elementos de guardavidas para garantizar la seguridad de los visitantes, no solo por protocolo, sino porque el riesgo es real”, enfatizó.
Dijo que la preocupación no es menor. Boca de Pascuales no solo es un atractivo turístico, sino una comunidad que depende directa e indirectamente del movimiento vacacional. Si las condiciones no mejoran -en clima, seguridad y promoción-, comentó que comerciantes, prestadores de servicios y familias enteras podrían enfrentar una temporada complicada.
“Pascuales es un ícono, pero también una comunidad olvidada muchas veces por las autoridades. Hoy más que nunca necesitamos apoyo, organización y prevención”, concluyó la comisaria.