Dom. Dic 7th, 2025

COLUMNA: Cotidianas

Por Redacción May7,2025

Sentido

Por Jorge Vega

A veces dudo que podamos encontrar un sentido profundo, vital, en este frenesí diario de chismecitos, intrigas, ataques a favor y en contra, de noticias a medias, noticias falsas y noticias desesperanzadoras que atrapan nuestra atención las 24 horas del día.

Todo urge, todo es importante: responder un mensaje, ver una foto maquillada con siete filtros, un video de cómo cae una rebanada de pan, dar un “me gusta” a una causa políticamente correcta, indignarse por el último video donde torturan a las abejitas, a las tortuguitas o en el que una persona revive a un perrito o un pájaro. Mientras, el tiempo sigue avanzando y la vida, como ese pájaro de la libertad del que habló Carlos Castañeda, pasa de largo.

Hablo de encontrar un sentido más importante, no sólo preocuparnos por el salario, por la jubilación, por qué vamos a hacer el fin de semana, por las enfermedades que causan el estrés, el guardarnos la rabia, el miedo, o comer mucha grasa, mucha sal o azúcar.

La vida, el ahora, es más grande que sus accidentes, que la seducción de imágenes, sonidos y gratificaciones inmediatas que nos atan al ego, a Facebook, Instagram o TikTok. Eso lo sabemos, lo intuimos, pero como todos y todas se comportan igual, parece que la vida que vivimos es la que en verdad debemos tener.

Ya lo dijo hace años el enorme Jiddu Krishnamurti: “No es señal de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.

Una sociedad enferma, como dicen Gabor y su hijo Daniel Maté en el libro El mito de la normalidad, perpetúa los traumas que vivimos de niños, antes incluso de aprender el lenguaje. Así, dicen padre e hijo, una cultura que prioriza la productividad por encima del bienestar, que fomenta la desconexión emocional, la competencia despiadada, la desigualdad, el estrés crónico y la negación de las necesidades humanas básicas, crea un caldo de cultivo para el trauma y, por ende, para la enfermedad.

Ellos mismos, además, proponen cambiar las preguntas, si es que queremos no sólo curarnos, esto es completarnos, sino también encontrar un sentido más profundo. Dicen que más que preguntar ¿qué me pasa?, ¿qué le pasa a esa persona, a mi pareja?, debemos empezar a preguntarnos: “¿qué está mal en la sociedad que contribuye a este sufrimiento?”.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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