Por Ruth Holtz*
“La relación con la madre es la más significativa en nuestra vida, la base sobre la que se construyen todas las demás relaciones”- Afirma la psicoterapeuta Raquel Querem Ades. Nosotros desde nuestro peculiar enfoque hemos escrito tanto sobre la madre: “La madre, raíz gestante de la humanidad”, “La madre interior”, “Los estragos de un maternaje insuficiente”, “Los estragos de un maternaje excesivo”, “La difícil tarea de ser mamá”, “¿Por qué eres infiel mamá?”, “Amor materno”, “Vida, metáfora de lo materno” … y tantos artículos más en los que se trata indirectamente.
El enfocar el tema de la madre en un tratamiento psicoterapéutico es tan importante porque las personas viven sus vidas en función de la relación que tuvieron con su propia madre. Por eso, como dice Raquel Querem, es la relación base de todas las otras relaciones. En ese sentido nos resta agregar a este gran desafío humano que es la relación con nuestra madre, el poder sanarla.
Algunas personas dirán que es imposible porque murió. Otras que no hay ni siquiera forma de hablar con ella. Algunas más que dicen tener una relación excelente y que no hay nada que sanar, pero sin embargo sus vidas no reflejan armonía. Entonces lo importante es ubicar en nuestro interior la forma de relación que persiste como un recuerdo que seguimos viviendo como realidad, pero con otros personajes. Esto es el patrón inconsciente. Todo patrón inconsciente está gestado en la relación con nuestra madre, pues ella es la primera relación que hemos tenido con o sin liberación femenina. Aún si otras personas nos crían, el papel de la madre biológica es fundamental. Hemos podido confirmar en psicoterapia cómo las personas reproducen el conflicto vivido con sus madres biológicas aun cuando fueron adoptadas. Esto nos deja pasmados porque implica que la relación es casi genética. Decimos casi porque sabemos que esos 9 meses y lo que la mente y el corazón de esa madre experimenta en ese tiempo marca al ser nacido. ¿Cómo lo confirmamos? Con la historia de cada uno. Es impresionante la forma en la que reproducimos lo que nos dolió, lo que nos agradó y sobre todo “la solución” a la conflictiva vivida: que si estaba papá, que si no estaba, que si había infidelidad, que si se sentía infeliz, que si no deseaba a su bebé, que si vivía violencia, abandono, miedo, desprecio, etc. Mientras no solucionemos nuestra relación con nuestra madre estamos condenados a repetir nuestra historia infantil desde uno u otro ángulo y reproduciendo el dolor padecido. Pararlo es mediante el análisis del patrón inconsciente y la difícil tarea de desencarnarlo de nuestro interior. Y por supuesto, perdonar, reparar, compensar y aceptar que mamá es humana y por lo tanto con defectos, con miedos, con su carácter, etc. Para hacer un análisis completo de ese patrón siendo inconsciente es necesaria ayuda psicoterapéutica. Por eso para sanar la relación con la madre hay que acudir a una psicoterapia que nos dará la salida, en parte recordar, en parte para maternarnos. Y si tienes la fortuna que tu madre vive, podrás buscar acercarte a ella desde una nueva y renovada manera que permita que ambas sanen, si ella lo permite. Aún si ella no hace su parte, el intentar la tuya te sanará a ti. Por eso consulta a la psicoterapeuta.
*Psicoterapeuta. Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40 | Correo: biopsico@yahoo.com.mx
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