Trabajo remoto y conexión social. Prevención del estrés laboral en el trabajo híbrido
Por José Luis Calderón Mafud
¿Recuerdas cuando poder trabajar desde casa sonaba a un sueño hecho realidad? No tener que manejar en el tráfico, de pijama o shorts todo el día, café ilimitado y, si tenías suerte, hasta una siesta después de la comida. Pero, con el paso del tiempo ese “sueño” se volvió más bien un campo minado: reuniones continuas y eternas por Zoom, mensajes de WhatsApp a todas horas, pendientes que se mezclan con la vida personal y, una sensación de cansancio que no desaparece.
Como psicólogo industrial organizacional, investigo estrategia, recursos humanos y bienestar laboral, por lo que con la llegada de la pandemia, surgieron nuevas preguntas: ¿cómo nos afecta psicológicamente el teletrabajo o con dispositivos tecnológicos?, ¿qué tan estresante es?, ¿qué podemos hacer para sentirnos mejor? ¿Cómo nos afecta usar dispositivos tecnológicos para comunicarnos y trabajar? Estas fueron las inquietudes que nos llevaron a desarrollar esta investigación sobre el impacto del trabajo remoto e híbrido en el bienestar emocional de las y de los mexicanos.
¿Qué investigamos?
Estudiamos a 371 personas que trabajan en México en diferentes esquemas: algunas desde casa, otras mitad y mitad (presencial/remoto), y algunas más de forma presencial, pero siempre con uso de tecnologías digitales. Les pedimos que contestaran un cuestionario sobre cómo se sienten en su trabajo: si se sienten agotadas, si tienen síntomas físicos de estrés, si están desmotivadas… pero también sobre cómo perciben su entorno laboral y su relación con otras personas: ¿reciben apoyo?, ¿tienen claro qué se espera de ellas y ellos?, ¿tienen posibilidades de crecer?
Con esta información, analizamos la relación entre tres elementos: la carga de trabajo (cuánto y qué tan complejo es el trabajo), la socialización organizacional (es decir, cómo se integran, aprenden y se sienten parte de su empresa), y los llamados efectos colaterales del estrés (como agotamiento, desconexión emocional o síntomas físicos).
¿Qué encontramos?
Primero, algo que ya muchas personas sospechaban: trabajar de forma remota o híbrida puede aumentar la carga de trabajo. Varias reportaron sentirse más presionadas, tener tareas más complejas y menos claras, y sufrir más interrupciones. Además, quienes trabajan más desde casa dijeron sentirse más agotadas emocionalmente, alienadas y con más síntomas físicos relacionados con el estrés.
Pero el hallazgo más interesante es este: la socialización organizacional actúa como un “amortiguador” contra el estrés. Quienes se sienten apoyadas, capacitadas y parte de un equipo, resisten mejor las presiones laborales. Aunque tengan mucho trabajo o tareas complejas, si cuentan con apoyo y contacto social, se sienten menos afectadas emocional y físicamente.
Dicho de una manera simple: aún si trabajas mucho o tus tareas son difíciles, si sientes que perteneces y que mantienes el contacto social, podrás atenuar el estrés.
¿Y qué significan estos datos para ti (y para las personas líderes o con jefaturas)?
Si trabajas desde casa o siempre mediante tecnología digital y estás agotado o agotada, no estás exagerando. El teletrabajo, aunque tiene ventajas, también puede aislarte y exigirte más de lo que parece. Pero hay esperanza: el entorno organizacional puede marcar la diferencia.
Aquí van algunas recomendaciones basadas en los hallazgos del estudio
Si eres persona líder o responsable de equipos remotos, la socialización no se trata de convivencias informales. Se trata de crear espacios donde las personas se sientan escuchadas, capacitadas y con oportunidades claras de desarrollo en el trabajo.
Si trabajas de forma remota, busca mantener contacto con colegas, participar en capacitaciones y no aislarte. Esos pequeños espacios de interacción te ayudan más de lo que crees a cuidar tu salud mental.
Para las organizaciones, el mensaje es claro: fomentar relaciones humanas de calidad, invertir en procesos de inducción, mentorías, coaching o incluso en plataformas colaborativas, es una necesidad para sostener el bienestar y la productividad en el trabajo flexible.
¿Y ahora qué sigue?
Esta investigación es solo el inicio. Nos abre la puerta para seguir explorando cómo construir ambientes de trabajo saludables, incluso a distancia o mediante el uso creciente de la inteligencia artificial (IA). El trabajo híbrido llegó para quedarse, y las organizaciones deben adaptarse no solo tecnológicamente, sino emocional y socialmente.
El presente texto fue elaborado a partir del artículo que hemos publicado y puede consultarse en línea: https://doi.org/10.36097/rsan.v1i60.3170
*Profesor Investigador en la Facultad de Contabilidad y Administración Colima, Maestría en Alta Dirección, Miembro de ICOH-OMS para Riesgos Psicosociales, de BALAS (Asociación Latinoamericana de Escuelas de Negocios), de la Red Mexicana de Estudios Organizacionales y de la Red Iberoamericana de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

