Por Génesis Carrero Soto
En Venezuela, donde tan solo se recicla, según estimaciones independientes, un 5% de las 20 mil toneladas de residuos que se producen a diario, emprendedores e innovadores se abren paso promoviendo iniciativas que fomentan el reciclaje como un medio para generar ingresos.
Con esta idea, se plantea la reutilización como un mecanismo para crear negocios de “triple impacto”, que puedan generar cambios positivos en lo económico, en lo social y en lo ambiental, según explicaron a EFE los emprendedores Gabriel Santana y Alberto Alfonzo, fundadores del proyecto empresarial Taller NEO.
El plan es que todos los productos que comercialicen estén hechos, únicamente, con material reciclado, algo posible, según dijo a EFE el director de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Joaquín Benítez, quien subrayó que ya han surgido otros emprendimientos “vinculados a procesos innovadores”.
El académico recordó que “el reciclaje tiene incidencia en la economía y en los procesos de transformación de materia prima”, debido a que “los materiales reciclados pueden resultar más baratos que la materia prima original” y que su uso, además, reduce el gasto energético e hídrico y genera nuevos empleos.
No obstante, aclaró que “no puede haber una cultura de reciclaje si no se desarrolla un sistema integral de gestión de residuos y desechos”, lo que requiere inversión en infraestructura, maquinaria y educación para que “el entorno sea coherente con el esfuerzo del reciclaje”.
“Si los ciudadanos perciben que las comunidades, las alcaldías y los demás actores sociales se alinean con esta intención, el florecimiento de la cultura de reciclaje será posible. De lo contrario, será una actividad practicada por pocas personas, casi como una gesta heroica”, indicó.
Reciclar y producir en masa
Gabriel y Alberto querían emprender hace años y, buscando ideas, hallaron algunos ejemplos de personas en Estados Unidos y otros países europeos que usaban materiales reciclados para crear cosas útiles.
Así surgió la idea de “transformar desechos en objetos de valor” como maceteros o lentes hechos de plástico fundido, carteras creadas con mangueras, vasos a partir de botellas de vidrio y zapatos hechos con telas de ropa usada, y la hicieron realidad hace apenas cinco meses.
Gabriel señaló que descubrieron en el reciclaje “muchas oportunidades, porque hay pocas opciones para el que quiera” trabajar en el sector de la reutilización, por lo que su planteamiento, más allá de elaborar productos, es el de producirlos en masa, usando muchos de los desechos que se generan en el país.
Por su parte, Alberto aseguró que el sueño es poder conseguir toda la maquinaria que requieren para manufacturar grandes cantidades de productos y satisfacer la demanda de accesorios sostenibles.
“En 5 meses hemos logrado cierto impacto (…) ya hemos procesado casi 400 kilogramos de plástico que hemos reinsertado en la economía”, aseguró.
Los emprendedores quieren llevar ese 5% de residuos reciclados a un 95%, pero son conscientes de que se requiere “una comunidad entera para poder ayudar y atacar estos problemas más grandes”, como aseveró Gabriel.
Enseñanza medioambiental
Michelle Delgado, de 27 años, es el promotor de Recyclers, un espacio dedicado a recolectar materiales reutilizables que muchos consideran basura, y a enseñar a niños y jóvenes sobre el reciclaje y la conservación medioambiental.
Con este proyecto, que lleva 2 años recibiendo papel, cartón, plástico, vidrio, aluminio, chatarra electrónica y otros elementos que procesan y venden, se propone, además, crear espacios educativos para fomentar el tratamiento y separación de desechos en todas las escuelas de Venezuela.
“Realmente el impacto, más allá de medirlo en números, se mide por emoción cuando las personas en la calle aprenden el proceso (…) ven esto como una salida a ese dolor de cabeza de que cada cosa que van a botar hará daño al medioambiente (…) Este es el espacio para poder garantizar que esos residuos van a ser aprovechados correctamente”, explicó.
Este club procesar un promedio de una tonelada de desechos al mes que preparan para la reutilización en espacios como el Taller NEO, del que son aliados, y otras empresas que pujan por hacer de Venezuela un territorio sustentable.
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