Por José Luis Larios García*
Segunda parte
El Archivo Histórico del Municipio de Colima (AHMC), tiene el gusto de presentar la exposición La guerra de Independencia en Colima, en la que podrán apreciarse expedientes relacionados a esta importante etapa en el acontecer histórico de México ocurrido a principios del Siglo XIX.
Se exhiben algunas fuentes documentales que nos transportan a la atmósfera política y social de La Villa de Colima y su región en los días de la lucha de Independencia. Basta un botón para señalar cuando el cabildo pone sobre aviso a los vecinos más connotados, de las aproximaciones de los insurgentes en las poblaciones adyacentes del sur de Jalisco, asegurando:
Que han tenido noticia de que el ejército enemigo de la Insurrección, que se dice haber asaltado por varios pueblos de la Nueva España, saqueándolos y desolándolos, se ha acercado ya por las inmediaciones de Zapotlán el Grande, y que pasa por Mazamitla; y conviniendo por lo mismo ponerse este vecindario en acción de defensa por si acaso á él se inclinaren (AHMC: Actas de Cabildo 1804-1810, acta del 12 de Octubre de 1810, caja F-3, posición. 1).
Luego, el subdelegado de Colima Juan Linares, recibió órdenes del general José de la Cruz para apaciguar y detener a los rebeldes de la insurrección. Aparte, instruyó al coronel y comandante en jefe de la División de Acordada, Manuel del Río llevar el control de las tropas del Rey, con el objetivo:
de perseguir las reuniones de bandoleros que asaltan y saquean estos lugares, perjudican y amedrentan a sus moradores hasta exterminarlos y declarar a los pueblos con su antigua pacificación y tranquilidad entregando a los rebeldes con las penas de las leyes y de la Real ordenanza del Ejército; que al mismo tiempo es necesario para conseguirlo, la reunión y los vecinos honrados, y que inflamados de un verdadero patriotismo y fidelidad a nuestro legítimo soberano el Señor D. Fernando Séptimo contribuyen todos y cada uno con todo lo posible a tan útil empresa procurando solicitar delatar y aprehender a todos y a cualquiera personas que se hayan declarado y declaren Insurgentes, o adeptos al partido revolucionario de la chusma que los abriga y reúne. (AHMC, Actas de Cabildo 1811-1813, acta del 15 de Mayo de 1811, caja F-3, posición 2).
Portada del libro de Actas de Cabildo 1811-1813.
Entre tanto, los ánimos estaban a flor de piel en La Villa de Colima. El general José de la Cruz solicitó un informe de las novedades ocurridas en esta región. Según el acta de cabildo del 18 de agosto de 1812, describe:
Todos los vecinos Españoles de esta Villa y sus Barrios, los del pueblo de San Francisco que está contiguo, y los de las Haciendas y Ranchos de la jurisdicción, están declaradamente adictas y decididas por la justa causa. Que también lo están los de las otras castas; y aunque muchos estos huyen y se esconden retirándose de esta cabecera y aun se escapan imperiosamente cuando los solicitan; no es por opuestos sino por el horror que tienen a ser acuartelados y obligados a estar sobre las Armas, lo que seguramente procede de que se les corten sus labranzas, negociaciones y giros con el yugo de la milicia (Ibid., acta del 18 de Agosto de 1812).
Sin embargo, no todos estaban alineados a servicio del Rey como lo informó el Cabido de Colima, había conspiradores y adeptos a la causa de la insurrección, como el cura José Antonio Díaz, Calixto Martínez Moreno alias Cadena, Pedro Regalado y Manuel Llamas; también se encontraba María Gertrudis Zamora Maldonado, mejor conocida como Rita La Mesonera, mujer que trasmitía información relevante de los movimientos militares ocurridos en la villa. Fue tal sospecha de las autoridades que, en un acta de cabildo fechada el 10 de marzo de 1812, José Rafael Ursua (sic), alcalde de segundo voto comentó a los presentes en la sesión, que “había resultado de la prisión de una mujer, conocida por Rita La Mesonera que había oído decir era por insurgente”. A pesar de la desconfianza, quedó al poco tiempo en libertad de la Real Cárcel; sin embrago, los miembros del cabildo no quedaron satisfechos de la resolución emitida, por consiguiente, el alcalde Ursua motivado con los señalamientos, replicó:
que en efecto había sido delatada de adicta al partido de la revolución, pero que de la averiguación resultó que tratando de la iluminación de las calles, que se están observando en esta Villa las noches que no iluminaba la luna, dijo la indicada mujer, para que serán tantas luces, al cabo (sic) si viene Sandoval, aunque haya luz ha de entrar y ha de entrar, y que como ya la había castigado con la prisión por esto y porque luego resultaron varios empeños por ella la mandó poner en libertad (AHMC: Actas de Cabildo 1812-1813, acta del 10 de Marzo de 1812, caja F-3, posición, 2).
Firma del general José de la Cruz (7 de febrero; 1815), AHMC: caja D-26, posición 7, exp. 8, f. 1 fte.
Los testigos presenciales del conflicto armado, dejaron para la posteridad una riqueza de información escrita, que contribuye a entender y analizar el pesado convulso de México. La muestra documental estará exhibida durante los meses de septiembre y octubre en los pasillos del museo de la Casa del Archivo, calle Independencia 79, zona Centro, Colima.
*Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Colima y docente de la Universidad de Colima.
Mail: jlarios47@ucol.mx
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