Envejecer es un proceso inevitable que, aunque todos sabemos que llegará, muchas veces se vive con negación. Las primeras señales -desde la aparición de canas hasta la pérdida de agilidad física o pequeños olvidos- pueden generar resistencia a aceptar que se ha entrado en una nueva etapa de vida. Sin embargo, la clave está en reconocerlo y prepararse emocionalmente para afrontarlo.
En una entrevista, Mauricio Romero Machuca, integrante de la Asociación de Psicólogos del Valle de Tecomán, subraya que el envejecimiento no solo implica cambios físicos, sino también emocionales, y que la falta de aceptación puede derivar en depresión o ansiedad, incluso desde los primeros indicios de la vejez. “Nadie quiere envejecer, es una realidad. Pero si aprendemos a verlo como una etapa de plenitud, podremos vivirla de forma más feliz y satisfactoria”, enfatiza.
Romero Machuca señala que, conforme avanzan los años, la pérdida de habilidades motrices y cognitivas, así como situaciones personales como el duelo por la muerte de la pareja o de seres cercanos, puede impactar profundamente en el bienestar emocional. Ante ello, recomienda buscar apoyo psicológico, no solo para sobrellevar la transición, sino para cultivar una aceptación que permita disfrutar al máximo esta etapa.
Recuerda que el adulto mayor requiere atención integral, tanto en lo físico como en lo emocional, y que es fundamental la responsabilidad afectiva de los hijos y familiares. “Al final, más que un deber legal, es un acto de gratitud hacia quienes nos dieron la vida”, afirma.
Además, Romero Machuca destacó que existen instituciones y actividades diseñadas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, fomentando la interacción social y el cuidado de la salud mental. El objetivo, indica, es llegar a la vejez “rodeados de los nuestros, con cariño, y en las mejores condiciones posibles”.
La invitación, señala, es reconocer que todos vamos hacia la vejez y que, en lugar de temerle, debemos prepararnos para vivirla con plenitud. Porque, como concluye el psicólogo, “a todos nos pasa, y la mejor forma de afrontarlo es aceptarlo y trabajar en nosotros mismos para que esa etapa sea la más plena de todas”.
