La canciller mexicana, Alicia Bárcena, aseguró que su Gobierno ha establecido una “comunicación muy estrecha” con China para rastrear el comercio de productos químicos que son utilizados para fabricar el fentanilo, un potente opioide sintético.
Bárcena dio estas declaraciones durante un evento de la coalición global contra las drogas sintéticas convocado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, con motivo de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
“Quiero informarles que México ha establecido una comunicación muy estrecha con China, con India y con Corea porque queremos analizar las cadenas de valor de los precursores químicos de la producción del fentanilo y queremos ayudar en esta tremenda pandemia”, dijo.
Bárcena añadió que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tiene “el pleno compromiso con Estados Unidos y Canadá para abordar este problema social tan crucial”.
El fentanilo es un opioide sintético 50 veces más fuerte que la heroína y que, según Washington, fabrican los cárteles mexicanos mediante productos químicos comprados en China para luego traficar con él en Estados Unidos, donde el año pasado murieron más de 70 mil personas por esta sustancia.
Estados Unidos ha redoblado la presión sobre México para que combata a los cárteles que fabrican fentanilo, aunque López Obrador ha negado que esta droga se produzca en su país y asegura que llega a Norteamérica directamente desde China.
El presidente mexicano mandó una carta meses atrás a su homólogo chino, Xi Jinping, pidiéndole colaboración en el combate al fentanilo pero Pekín ha negado su responsabilidad en la cadena de suministro de esta droga.
A diferencia de México, China no se ha sumado a la coalición global contra el fentanilo lanzada por Washington en julio pasado.
La canciller mexicana aseguró este lunes ante Blinken que su país está comprometido en frenar esta droga y puso como ejemplo que la semana pasada fue extraditado a Estados Unidos el narcotraficante Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y se incautaron 2 millones de pastillas de fentanilo en Sinaloa.
Pero Bárcena también recalcó que la crisis del fentanilo debe tratarse como un problema de salud pública, de manera que hay que atender “las causas estructurales” que llevan a los jóvenes a consumir esta sustancia.