Lun. Dic 8th, 2025

ARTÍCULO: En el umbral

Por Redacción Ago22,2025

Por Diego Armando Arellano

Son tiempos en donde ya casi nada nos asusta. Las noticias más escalofriantes que leemos en los medios de comunicación se han vuelto cotidianas. Los asesinos más recientes se parecen en los modos de operar. Cualquiera puede descubrirlos fácilmente y escribir más tarde un hilo en X exponiendo minuciosamente los errores tácticos que llevaron a su detención. Más tarde, en las indagatorias, se descubre que a dichos personajes les hizo falta amor. Rara vez se revelan motivos inusuales. El riesgo que debe representar esa realidad para quienes optan por recrear el horror en lugar de reinventarlo en nuestra narrativa actual. Por ese motivo celebro cuando me topo con un libro de cuentos en donde uno de los personajes no es más que un hambriento del que no se sabe otra cosa más que su afición por masticar varillas y demás metales; quizá lo hace por ocio o quizá nada más para alimentar algún demonio que lo habita, vaya uno a saber las verdaderas causas. Lo cierto es que se convierte a lo largo de la trama en un depredador demoledor; en el más silencioso y temido que ronda por los vertedores de basura de una ciudad cualquiera. Ese cuento que refiero es en mi opinión el que mejor representa a la novísima obra del morelense Roberto Abad, nacido en Morelos, en el año 88. Umbral, su libro de relatos y recién premiado con el Premio Narrativa Colima, reúne una colección de 13 cuentos que contribuyen a enaltecer la nueva ola del horror fantástico que azota desde hace un tiempo a Latinoamérica. La obra es parte de la colección “Molinos de viento”, la serie emblemática e histórica editada por la Universidad Autónoma Metropolitana, hogar de celebrados escritores y que tiene como última novedad la obra aquí referida.

Umbral es en su conjunto un gran libro de terror fantástico. Su columna vertebral hecha de breves sobresaltos se parece a esa llamada telefónica que todo Mundo teme recibir a la mitad de la noche, en dónde más menos se podría decir lo siguiente: “Tu papá se puso muy mal, se lastimó una mano, perdió sangre, pero creemos que se pondrá bien”. Ese súbito latir de corazón que se acrecienta con cada palabra que se va asomando a cuentagotas, pero que logra regresar a su ritmo habitual apenas se acerca el final de sus líneas. Justo esa sensación se replica en los relatos “Laureles” y “Ruinas como paraísos”, las dos joyas del volumen, en donde los protagonistas descubren sin agotadores forzamientos una serie de infortunios que habrán de quebrantar poco o mucho su existencia. Hay, por otro lado, dejos de relato juvenil en algunos de los textos recientes de Abad, como si de modo inconsciente llenara de guiños a los lectores más jóvenes y complejos en este universo de las letras; una niña que juega a la Ouija y que en su vientre alberga a un monstruo que impresiona a su cirujano o dos niños que visitan la casa de los tíos favoritos, pero se encuentran con una realidad modificada y podrida que los hará dudar de su cordura, son los mejores ejemplos de que el público lector puede llegar por múltiples caminos y sentirse satisfecho con la obra de Roberto. Umbral es adictivo en periodos prolongados. Hay cuentos que se leen sin pausas, de principio a fin, a pesar del sueño o del agotamiento, incluso de la misma repulsión que provocan las circunstancias de los protagonistas. Eso, desde mi perspectiva, es parte del éxito del narrador: consigue una reconfiguración de lo atroz sin caer en los absurdos. Además, rescata con maestría aquellos relatos que uno da de pronto por perdidos, pero que en realidad están agazapados bajo un terror que necesita efervescencia, como una pastilla que se desbarata entre las burbujas y el agua antes de que se pueda beber.

Diego Armando Arellano (ciudad Guzmán, 1984) es profesor y escritor. Del otro lado (Secretaría de cultura Jalisco, 2022) es su primer libro de cuentos. Su narrativa aparece en diversas publicaciones entre las que destacan: Tierra Adentro, Luvina, La Jornada, Punto en línea, Cuadrivio, entre otras.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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