Dom. Dic 7th, 2025

COLUMNA: Ciencia y Futuro

Por Redacción Ago27,2025 #Opinión

VIP y EXE01: nuevas claves para entender y combatir la obesidad

Por Doctora Rocio Zatarain Palacios*

Las enfermedades no transmisibles (ENT) son aquellas en las que no intervienen agentes patógenos y que son causadas por factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento que alteran la fisiología normal del cuerpo. Según el Atlas Mundial de la Obesidad 2024, cada año se producen 41 millones de muertes en adultos, de las cuales, 5 millones se relacionan con el sobrepeso u obesidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una “enfermedad crónica no transmisible y compleja, caracterizada por depósitos excesivos de grasa que perjudican la salud física y emocional”. Actualmente, la obesidad se considera un problema de salud pública que crece silenciosamente cada día, y quienes la padecen enfrentan complicaciones como enfermedades cardíacas, vasculares y metabólicas, entre ellas la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2).

El consumo excesivo de alimentos ricos en carbohidratos, el sedentarismo y la herencia genética son los principales factores que predisponen al desarrollo de obesidad. Esta condición está regulada por hormonas y neuropéptidos gastrointestinales que controlan funciones fisiológicas clave como el apetito, la saciedad, la conducta alimentaria, la digestión, la absorción de nutrientes, el gasto energético, el equilibrio hídrico, la homeostasis de la glucosa y la inmunomodulación. Estas hormonas se clasifican en orexigénicas, que estimulan el apetito y promueven la ingesta de alimentos (como la ghrelina, la orexina y el neuropéptido Y), y anorexigénicas, que generan sensación de saciedad y reducen el deseo de seguir comiendo (como la leptina, la insulina y el péptido YY [PYY]).

Por otro lado, el neuropéptido vasoactivo intestinal (VIP, por sus siglas en inglés: Vasoactive Intestinal Peptide) es una molécula formada por 28 aminoácidos, producida en las neuronas del sistema nervioso central y periférico. Este péptido interactúa con 2 receptores, VPAC-1 y VPAC-2 (VIP/péptido activador del adenilato ciclasa hipofisaria tipo1 y 2), presentes en la región intracerebroventricular y distribuidos en diversos sistemas como el gastrointestinal, cardiovascular, respiratorio, pancreático, así como en células del sistema inmune y en neuronas.

Recientemente se observó que el VIP, a través del receptor VPAC-1, participa en la regulación de la obesidad mediante el control de la glucosa corporal, la regulación de los niveles plasmáticos de hormonas metabólicas y la homeostasis energética. Esta última permite mantener el equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía en un organismo, lo que sugiere una implicación directa en el control de las hormonas anorexigénicas. Sin embargo, en estudios con ratones obesos alimentados con una dieta alta en grasa (DAG) se evidenció una baja concentración del receptor VPAC-1 en la región intracerebroventricular.

En contraste, los ratones alimentados con una dieta normal presentaron niveles normales de VPAC-1, así como diferencias significativas en peso corporal, grasa corporal, glucosa en sangre, colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de baja densidad (LDL). Esta observación sugiere que el neuropéptido VIP desempeña un papel fundamental en el control del metabolismo energético, lo que lo convierte en un objetivo potencial para la prevención y el tratamiento de la obesidad. Sin embargo, las alteraciones metabólicas pueden modificar la expresión génica de estos péptidos, alterando sus niveles basales en sangre y comprometiendo su función fisiológica normal. Por ello, es importante identificar moléculas con propiedades similares a las hormonas y neuropéptidos, capaces de mantener el equilibrio energético del organismo.

En el estudio de venenos animales se ha identificado una amplia variedad de péptidos que, teóricamente, pueden ejercer funciones biológicas. Además, la bioinformática permite realizar simulaciones de dinámica molecular entre receptores y sus ligandos, de manera similar a cómo interactúan las hormonas y neuropéptidos.

El Heloderma horridum horridum, endémico de Colima, es un lagarto cuyo veneno se produce en las glándulas salivares ubicadas a los costados del hocico. Al morder, el veneno fluye por los conductos salivales hasta la herida de la víctima. En el estudio de este veneno se identificó el péptido Exendina-01 (EXE01), que presenta una sorprendente similitud del 56.7% con el VIP y conserva los dominios específicos necesarios para interactuar con los receptores VPAC-1 y VPAC-2.

Actualmente, nuestra investigación se centra en evaluar los efectos antiinsulinotrópicos y antiobesogénicos de EXE01. Para ello, se diseña un modelo murino (en ratones) que recibe una dieta oriental, la cual refleja las características de la alimentación común de la población. Esta dieta afecta el metabolismo energético de los ratones; por lo tanto, la administración de EXE01 permitirá observar sus efectos sobre la regulación de la insulina y el control de la obesidad.

Este estudio abre nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos alternativos contra la obesidad, utilizando compuestos naturales que imitan el funcionamiento de las hormonas del cuerpo. En un contexto donde la obesidad sigue creciendo silenciosamente, explorar soluciones innovadoras como EXE01 representaría un avance significativo en la búsqueda de terapias más efectivas y accesibles.

Para conocer más del tema, puede consultarse el siguiente enlace: UniProt: the Universal Protein Knowledgebase in 2025. https://www.uniprot.org/uniprotkb/P0DJ94/entry

Profesora-Investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas Biológicas de la Universidad de Colima*

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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