El Barcelona afrontó el mercado estival condicionado por el “fair play” financiero, pero logró blindar el bloque campeón del triplete español y Semifinalista de Champions. La directiva destinó 25 millones de euros a pagar la cláusula de Joan García, portero de 24 años fichado del Espanyol hasta 2031, y reforzó el ataque con Roony Bardghji (Copenhague) por 2.5 millones y la cesión de Marcus Rashford (Manchester United).
Además de rejuvenecer la portería y ampliar alternativas en la delantera, el club aseguró la continuidad de piezas clave con renovaciones de Lamine Yamal (2031), Raphinha (2028), Jules Koundé (2030) y Hansi Flick (2027). En meses previos se habían ampliado los contratos de Szczesny, Cubarsí, Araujo, Casadó, Pedri, Gavi y Fermín López. Este último fue protagonista del cierre de mercado tras recibir interés del Chelsea, pero permaneció en el equipo con el aval del técnico.
En el capítulo de bajas, la salida más sensible fue la de Íñigo Martínez rumbo al Al-Nassr, lo que liberó 14 millones de masa salarial. También se concretaron las ventas de Pau Víctor (Braga), Pablo Torre (Mallorca) y Álex Valle (Como); la rescisión de Clément Lenglet y Oriol Romeu; y cesiones como las de Ansu Fati al Mónaco o Iñaki Peña y Héctor Fort al Elche. El club además ingresó por la venta parcial de Trincao al Sporting de Lisboa y por derechos de Jean-Clair Todibo, así como por salidas de canteranos al extranjero.
La entidad azulgrana inscribió finalmente a toda su plantilla tras presentar un aval de 12 millones de euros. Marc Bernal y Roony Bardghji fueron los últimos en ser dados de alta en LaLiga, completando un plantel con todas las posiciones dobladas, salvo el puesto de central zurdo.

