Aislar y domesticar a nuestros microhabitantes para entenderlos
Por Doctor José Luis Rodríguez Mejía*
Asociar a nuestro día qué tipo y cómo cada microorganismo dentro de nosotros participa para ayudarnos a adquirir nutrientes y llevar a cabo una innumerable cantidad de funciones, cada una de ellas involucrada desde el reconocimiento hasta la digestión y asimilación de la fuente de carbono, hormonas o constituyentes minerales, por mencionar a algunos de una lista amplia de compuestos, significa una reto, pues en los últimos años se ha tratado de generar más información respecto a la relación entre nuestros habitantes microscópicos y nosotros sus hospedantes.
Y sí, me refiero a los microorganismos que constituyen nuestro microbioma, es decir, desde aquellos que habitan nuestra piel hasta los que se encuentran directamente incluidos en lo que ingerimos, – nuestra microbiota del sistema digestivo-, famosa en los últimos años por representar uno de los nichos más diversos y enriquecidos de potenciales metabólicos con impacto a nivel social, pudiendo suplir novedosas herramientas a nivel de salud social, biotecnología y ciencia.
Aunque no a todos suele impactar el interés por estos “microorganismos”, cabe decir que, la microbiota asociada al sistema digestivo, participa activamente con su hospedero (nosotros) y aunque no siempre es reconocida esta relación como el acelerante (ya que permite realizar digestión, asimilación eficientemente de nutrientes, etcétera), agonista (que activa una respuesta celular) o con su papel protagónico en nuestro día a día, nos permite establecer la relación que tenemos con el entorno. Es ésta la que permite en la mayoría de los escenarios adaptarnos y obtener la energía o metabolitos necesarios a partir de nuestra dieta.
Semejante al escenario anterior, pocos de nosotros solemos asociar la microbiota intestinal con aquellos animales que proveen de alimento e insumos a nuestra sociedad, derivados de su crianza y explotación. En la investigación ocurre algo parecido y en algunos escenarios esto no ha cambiado derivado de la adaptación de innumerables microrganismos bacterianos de interés. Algunos que son ampliamente utilizados y en los últimos años biotecnológicamente modificados para mejora de las líneas de producción industrial, son los lactobacilos, que sin ser los únicos, se convirtieron en un grupo que ha impactado a la última generación humana, derivado de su amplio uso en la obtención de alimentos probióticos con beneficios en la salud.
En Colima, ¿qué hacemos en investigación sobre este tema, se pueden seguir descubriendo y estudiando microorganismos bacterianos? En el laboratorio de Fisiología Gastrointestinal del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima, se realizan proyectos de investigación en fisiología y microbiología molecular para explorar mecanismos de comunicación entre la microbiota intestinal y el sistema nervioso glial entérico durante dos condiciones del estado de salud delgado y obeso.
A la fecha, hemos obtenido información que nos sugiere que la microbiota interfiere con mecanismos fisiológicos intestinales, pero es necesario saber qué tipo o cuáles son esos participantes bacterianos involucrados en esto. Para ello, en el laboratorio contamos con una colección microbiológica representante de estos dos estados de salud, delgado y obeso y hemos caracterizado ocho aislados bacterianos con características metabólicamente relevantes y asociadas a personas con estas dos condiciones de salud.
Con la descripción de estos aislados hemos obtenido información de sus actividades metabólicas en fuentes de carbono específicas, revelando características propias en ellos y derivadas del nicho que tuvieron como origen. Se ha iniciado con la caracterización de algunos de sus productos metabólicos en medio de cultivo estándar, principalmente para explorar las respuestas fisiológicas de una línea glial entérica investigada por la Doctora Andrómeda Liñán, investigadora por México SECIHTI. Si bien, esto es aún el comienzo, hemos elegido un par de estos microorganismos por presentar cualidades con potencial probiótico y disbiótico (que genera o participa en el desequilibrio del nicho intestinal).
Ambos ejemplares son candidatos viables de ser domesticados en el laboratorio, en este caso, el objetivo de su domesticación será contar con un modelo bacteriano capaz de proporcionarnos detalles de su biología, ecología, relaciones a nivel molecular y sus probables estrategias de comunicación ante la presencia de su hospedero. La adaptación de nuevos modelos de estudio microbianos a condiciones de laboratorio es una manera directa de enriquecer la diversidad de microorganismos utilizables para investigación y la búsqueda de información en únicos o diversos escenarios que desestabilizan el equilibrio de un buen estado de salud.
Sobre este tema se desarrolla una tesis a nivel licenciatura por parte del estudiante Leonardo David Rodríguez Manzo, de la carrera de Químico Farmacobiólogo.
*Investigador posdoctoral por México SECIHTI adscrito al proyecto CF-2019/21854 en el laboratorio de Fisiología Gastrointestinal dirigido por la Doctora Andrómeda Liñán Rico en el Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima.
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