La inauguración del Laboratorio Universitario de Análisis Clínicos en Coquimatlán, primer espacio de ese tipo que la Universidad de Colima (UdeC) instala fuera de su campus, representa mucho más que una ampliación de infraestructura. Es, en realidad, la expresión tangible de una premisa que el Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño ha reiterado durante su gestión: “Sacar la Universidad a la calle”.
Así, nuestra institución sigue abriendo puertas a la sociedad, tendiendo puentes reales y permanentes entre el conocimiento universitario y las necesidades cotidianas de la población. Además, que ese laboratorio esté ubicado en el corazón de la cabecera municipal es un acto simbólico y práctico: la UdeC se acerca a la gente, ofrece servicios de calidad a costos accesibles y lo hace con la garantía del profesionalismo de sus docentes, investigadores y estudiantes.
El impacto de ese esfuerzo se multiplica cuando se considera que, además de los precios accesibles, se implementaron descuentos adicionales para la población en situación de vulnerabilidad y para trabajadores universitarios. La salud, que con frecuencia se convierte en un privilegio inaccesible, encuentra en ese proyecto una ruta hacia la equidad.
La colaboración entre la Universidad y el Ayuntamiento de Coquimatlán, así como el respaldo de actores como el SUTUC y el Voluntariado Universitario, confirma que los proyectos más sólidos son aquellos que se construyen en comunidad. Ese laboratorio no solo ofrecerá estudios clínicos, sino que también podrá extender servicios móviles a otras localidades, ampliando su alcance e impacto social.
En el marco del 85 aniversario de la UdeC, iniciativas como ésta subrayan que la institución no es un ente aislado ni un espacio exclusivo de aulas y laboratorios internos: es una universidad viva, comprometida, que se reconoce parte esencial de su entorno y que actúa en consecuencia.

