La firma de un convenio entre la Universidad de Colima (UdeC) y el Órgano de Administración Judicial es un parteaguas en la manera en que las instituciones de educación superior se vinculan con el sistema judicial del país. Que la UdeC sea la primera universidad en México en establecer un acuerdo de ese tipo no solo habla de visión, sino de confianza mutua, de un reconocimiento a la seriedad con la que nuestra Máxima Casa de Estudios forma a sus alumnos y del compromiso por contribuir al fortalecimiento del Estado de derecho.
Ese pacto abre una puerta inédita para las y los jóvenes de Derecho: articular lo aprendido en las aulas con experiencias reales dentro de la carrera judicial. Se trata de una oportunidad que rebasa el beneficio individual, pues coloca a la juventud colimense en la ruta de construir una justicia más cercana, humana y con rostro social. Con ello, la Universidad cumple uno de sus papeles esenciales: ser puente entre el conocimiento y la transformación de la vida pública.
Pero ese logro no debe verse solo en clave universitaria. Tiene un alcance social profundo. La alianza entre UdeC y el Poder Judicial de la Federación siembra confianza en un tiempo donde la ciudadanía exige instituciones más transparentes y funcionarios con convicciones sólidas.
Consideramos que la formación de futuros jueces, magistrados y profesionales del derecho, guiados por la ética y el pensamiento crítico, es también la construcción de una ciudadanía más responsable y un tejido social más fuerte.
En tiempos de incertidumbre, ese convenio nos recuerda que el conocimiento y la educación son herramientas vivas, que cuando se ponen al servicio de la justicia y del bien común, se convierten en motores de transformación.

