Vie. Dic 5th, 2025

COLUMNA: Pedagogía en voz alta

Por Redacción Oct13,2025

El Verano Delfín más allá de la investigación: carta a futuros delfines

Por Laila Cristina Montemayor Flores*

El conocido Verano Delfín es un programa en el que estudiantes universitarios pasamos el periodo vacacional de principios de junio a finales de julio en una estancia de investigación, y año con año siempre hay muchas personas interesadas en realizarlo. Es difícil definir cómo es la experiencia de trabajo, ya que depende del investigador con quien trabajes y de la metodología que cada uno utiliza en sus procesos de generación de conocimiento.

Pero si hay algo que comparto junto con la mayoría de los delfines que nos aventuramos en este programa es lo mucho que aprendí al estar en un entorno fuera de la cotidianidad, lo valioso de adentrarte en un lugar en el que no sabes ni siquiera cómo andar.

Muchos estudiantes se entristecen al estar lejos de su familia y sus amistades, otros disfrutan la libertad de estar solos, y muchos otros sienten ambas cosas. Sientas lo que sientas, es un cambio el estar ahí por tu cuenta, administrar tu dinero, hacerte responsable de tus pertenencias y saber que estás lejos de casa.

Conforme pasan los días, te darás cuenta que estás formando tu propio hogar allá. Mi consejo es que no te detengan las diferencias que puedas tener con los demás, porque muchas veces construirás una red de apoyo con personas de diferentes creencias, edades y contextos. Y es que de eso va el Verano: de crear experiencias interculturales y conectar con personas que viven realidades diferentes a la tuya.

La interculturalidad va más allá de un “te tolero”. Es convivir con todas las culturas y diversidades, tener sensibilidad para reconocer de dónde venimos, desarrollar empatía crítica que nos permita entender a los demás y reconocer que sus perspectivas y sus costumbres son igual de válidas, que ninguna diferencia impide quererlos.

Durante mi estancia de investigación conocí a dos personas que dejaron huella en mí. Aunque mantendré su identidad en anonimato, quiero hablar un poco de ellas: una madre soltera que casualmente tenía dos hijas, cuyas edades eran iguales a la mía y la de mi hermana. Pasamos muchas noches platicando sobre nuestras vidas: reímos, lloramos, y encontramos en la otra un consuelo que no sabíamos que necesitábamos. Por otra parte, durante unos días tuve la fortuna de conocer a una mujer transexual que estaba por algunos días en la ciudad de gira por su trabajo: ella era socialmente muy inteligente, sabía exactamente cuando alguien estaba mintiendo y siempre daba consejos de vida con una rapidez mental que impresionaba. Con ella también reí y lloré, y cuando me confió su historia de vida me pareció la mujer más fuerte que he conocido.

Las tres venimos de diferentes lugares, tenemos distintas edades, incluso diferentes creencias religiosas, pero puedo decir que, aunque ahora estamos en diferentes estados, una parte de mi corazón les pertenece. Además de ellas dos, conocí a muchas personas más que me marcaron, y me pareció importante compartir en esta columna el ejemplo que ellas me dejaron.

A ti que estás interesado en el Verano Delfín, no puedo prometerte que aprenderás mucho en tu línea de investigación, ni que esos aprendizajes perdurarán toda tu vida, pero sí puedo decirte que atesorarás a las personas a las que encuentres en el camino, que te acompañarán durante este lapso de independencia, así como todos los conocimientos de vida que te compartirán. Ve a aprender en la línea de investigación que te interese, pero también con la disposición de conocer personas que no sean tan parecidas a ti, porque con este verano yo me doy cuenta de que la belleza está en las diferencias. 

No dejes que el miedo te frene, que la comodidad de no crear nuevas conexiones te impida conocer a tus futuras amistades. Y no te angusties de entablar relaciones por no querer sentir ese abandono cuando tengas que marcharte, porque las conexiones más puras trascienden lo presencial.

* “Pedagogía en voz alta” es una columna de la Facultad de Pedagogía. La autora de esta colaboración es estudiante del séptimo semestre.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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