El Gobierno francés adoptó sin voto parlamentario la ley de trayectoria parlamentaria para los próximos años, por lo que tendrá que afrontar una nueva moción de censura presentada por los partidos de izquierda.
Ante su ausencia de mayoría absoluta en la Cámara Baja, el Ejecutivo que dirige Élisabeth Borne recurrió al controvertido artículo 49.3, lo que abrió la puerta a una nueva moción de censura.
Es la primera vez que lo hace desde que lo utilizara para sacar adelante la reforma de las pensiones que provocó una gran contestación en el país y que tuvo contra las cuerdas al Ejecutivo, que tuvo que afrontar 2 mociones de censura, una de ellas superada por solo 9 votos.
El partido del presidente Emmanuel Macron volvió a demostrar su debilidad parlamentaria a la hora de sacar adelante la trayectoria presupuestaria hasta 2027.
El Gobierno considera clave esta medida, que le permitirá programar la reducción del déficit público por debajo del 3% tal y como se había comprometido con Bruselas, por lo que consideraba clave adoptarla, pese a no contar con el respaldo de otros partidos.
“Es vital para la credibilidad del país”, había advertido el ministro de Economía, Bruno Le Maire, lo que justifica que el Gobierno haya afrontado el pulso de adoptarlo sin voto, aunque eso le exponga a una nueva moción de censura.
Es la duodécima vez que Borne se aferra al controvertido artículo 49.3, la primera desde la reforma de las pensiones. Y la primera ministra ya ha adelantado que lo volverá a utilizar para aprobar las cuentas públicas para el año próximo, presentadas este miércoles (27) en Consejo de Ministros.