Vie. Dic 5th, 2025

“El documental se construye investigando”: cineastas comparten procesos en Zanate

La charla, titulada “Todo documentalista es un detective en potencia”, reunió experiencias, metodologías y retos que enfrentan quienes documentan historias reales. (Fotografía de Eder Gutiérrez)

El Festival Zanate de Cine Documental abrió la segunda jornada formativa con un conversatorio organizado por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), donde realizadores compartieron cómo la investigación es la base de cualquier documental.  La charla, titulada “Todo documentalista es un detective en potencia”, reunió experiencias, metodologías y retos que enfrentan quienes documentan historias reales.

Uno de los proyectos comentados fue “La eterna adolescente”, la única proyección de ficción dentro del festival. Su director, Eduardo Esquivel de Cinema Revolución, partió de su propia historia familiar para reconstruir la ausencia de Mónica, una joven que murió a una temprana edad y cuya memoria persiste en videos caseros y fotografías.

También se habló de “Travesía a los confines”, de Adrià Campmany Buisan, un documental que acompaña a personas que viajan en un tren de carga por México. El documental se centra en sus relatos, miradas y silencios, mostrando la fuerza, el deseo y la búsqueda constante de un destino mejor.

Durante el conversatorio, Esquivel explicó que antes de filmar existe un proceso previo de reflexión y conversación: “Cada película es un mundo”, dijo al referirse a cómo una historia puede transformarse incluso antes de tener cámara en mano. Para Adrià, la investigación también implica paciencia: contó que para grabar en vías ferroviarias esperó 2 años por la autorización.

Ambos coincidieron en que no basta con investigar el tema, también importa el acceso y el vínculo con las personas. Eduardo compartió que, al elegir un tema, primero surge el interés, pero luego es clave preguntarse si realmente se puede entrar a ese mundo y cómo se siente uno al hacerlo. Campmany añadió que hacer cortometrajes, aunque sean ejercicios personales o con amigos, ayuda a descubrir formas de acercarse y practicar en el cine documental.

Los realizadores también hablaron de la metodología: revisar carpetas de otros proyectos, planear días de rodaje, presupuesto, y usar la carpeta como guía del equipo. Pero insistieron en no perder el disfrute, según Esquivel, realizar documentales debe ser un acto creativo y no una experiencia tensa.

Otro tema fue el riesgo. Campmany recordó que en proyectos sobre desapariciones fue necesario acercarse a autoridades y seguir recomendaciones locales para evitar peligros: “Si la gente te dice ‘no vayas ahí’ es porque no debes de ir ahí”. Dentro de las reflexiones, se habló de que poner la vida en riesgo no vale la pena, y que, si un permiso no se consigue, el documental puede adaptarse con otras formas de contar la historia, como romper la cuarta pared e incluso reconstruir escenas.

Además, en la intervención de la moderadora, mencionó que “Traer una cámara, filmar en la calle… en este país, es un riesgo”.

El conversatorio cerró con un mensaje para quienes empiezan: investigar, planear y verificar que tanto acceso existe al tema es importante, pero hay que dejar espacio para que la película se vaya revelando sola.

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