La accesibilidad no es un gesto de buena voluntad: es un derecho. Y cuando una comunidad universitaria decide poner su talento al servicio de quienes enfrentan barreras cotidianas para ejercerlo, la innovación adquiere su verdadero propósito. Eso es justamente lo que hoy distingue al equipo de estudiantes y docentes de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) de la Universidad de Colima (UdeC), quienes trabajan en la actualización de una aplicación y un dispositivo capaces de transformar la manera en que las personas ciegas utilizan el transporte público en el estado.
El proyecto -que permite identificar rutas de autobús mediante un lector de pantalla y una señal WiFi instalada en las unidades- no es solamente un avance tecnológico: es una muestra del compromiso social que la UdeC ha construido durante décadas.
Detrás de cada prueba de alcance, cada ajuste de software y cada diseño de hardware hay jóvenes universitarios que, después de sus clases, dedican horas a resolver un problema que no es suyo, pero del que se han adueñado por convicción ética.
Retoman, además, una iniciativa nacida hace 15 años para atender una solicitud del Instituto Colimense para la Discapacidad (Incodis), demostrando que la innovación universitaria no es un relámpago aislado, sino un proceso continuo que evoluciona al ritmo de las necesidades sociales y de las tecnologías disponibles.
En Colima, 17,487 personas viven con discapacidad visual. Por ello, ese tipo de desarrollos pueden marcar la diferencia entre la autonomía y la dependencia, entre la seguridad y la incertidumbre. La Universidad aporta el conocimiento; el sector público, las organizaciones civiles y las empresas de transporte están llamados a corresponder con voluntad y financiamiento para llevar esta propuesta del laboratorio a la vida diaria. No se trata de una gran inversión, pero sí de un enorme acto de justicia y de responsabilidad colectiva.
Así, la Universidad de Colima vuelve a recordarnos que la ciencia importa cuando sirve, cuando acompaña, cuando abre camino. El desafío ahora es que como sociedad estemos a la altura de ese paso adelante.
