La ciencia detrás del acompañamiento: cómo un diagnóstico multicampus redefine la tutoría universitaria
Por Edgar Alfredo Nande Vázquez*
En un Mundo donde hablar de educación suele reducirse a cifras de matrícula y egreso, un grupo de personas investigadoras de la Universidad de Colima (UdeC) ha decidido mirar más allá de los números. Su mirada se dirige a un territorio menos visible pero decisivo: el acompañamiento académico que cada estudiante recibe a lo largo de su formación. Es ahí donde surge el Diagnóstico Multicampus del Modelo Institucional de Tutorías, un proyecto que aborda la tutoría no como trámite administrativo, sino como un campo de estudio científico en sí mismo.
Durante casi una década, la UdeC ha sostenido un programa de tutorías destinado a acompañar a miles de estudiantes en sus trayectorias académicas. Sin embargo, hasta ahora no se contaba con una evaluación sistemática y comparativa de su implementación en los 5 campus universitarios.
El nuevo diagnóstico propone justamente eso: convertir la tutoría en objeto de análisis científico, empleando herramientas estadísticas, metodologías comparadas y perspectivas de derechos humanos para medir su impacto real en la equidad educativa.
El equipo interdisciplinario detrás del proyecto -integrado por especialistas en ciencias sociales, derecho educativo, ciencia política y tecnologías de la información- plantea una investigación que se asemeja más a una radiografía institucional que a una auditoría. No se trata de señalar fallas, sino de entender cómo las condiciones locales, los recursos humanos y las estructuras de gestión influyen en la calidad del acompañamiento que reciben las y de los estudiantes.
Para lograrlo, el estudio combina 3 vertientes metodológicas: la sistematización de informes anuales de tutoría (2015-2024), la aplicación de cuestionarios al alumnado, coordinadoras y coordinadores, y la construcción de una base de datos longitudinal que permitirá comparar indicadores de cobertura, eficiencia terminal y percepción de calidad entre campus. Es decir, una mirada de largo aliento que permitirá identificar desigualdades estructurales y diseñar estrategias diferenciadas por contexto.
Pero lo más innovador del proyecto no es solo su enfoque estadístico. Es su manera de concebir la tutoría como un mecanismo de garantía del derecho humano a la educación, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Desde esa óptica, el acompañamiento académico no es un privilegio institucional, es la vía concreta mediante la cual se materializa el principio de equidad. La tutoría, entonces, deja de ser una práctica pedagógica aislada y se convierte en un indicador de justicia educativa.
El diagnóstico multicampus adopta también un enfoque tecnológico inédito. A través de herramientas como STATA y Python, se procesará información proveniente de más de 30 facultades y planteles universitarios. Los resultados se presentarán en visualizaciones dinámicas que permitirán reconocer patrones invisibles hasta ahora: desde diferencias en la carga tutorial del profesorado hasta brechas en la cobertura según origen territorial o nivel socioeconómico del alumnado.
En palabras de la persona investigadora responsable técnico del proyecto, “la ciencia de los datos puede ayudarnos a descubrir cómo la universidad acompaña, a quién acompaña más y a quién aún no está alcanzando”, con financiamiento de la convocatoria de Fortalecimiento de la Investigación 2025 de la Universidad de Colima. Esa premisa resume el espíritu del proyecto: usar evidencia para construir equidad.
La segunda fase del trabajo contempla un componente cualitativo, en el que se recogen testimonios y percepciones de personas tutoras y estudiantes. Esa información servirá para contextualizar los hallazgos estadísticos y traducirlos en propuestas concretas. El objetivo final es elaborar una Guía Institucional de Buenas Prácticas Tutoriales, documento que integrará recomendaciones realistas y escalonadas, ajustadas a cada campus y orientadas a fortalecer la permanencia estudiantil.
Los impactos esperados del proyecto van más allá de los informes técnicos. En el plano académico, se busca mejorar indicadores de retención y eficiencia terminal; en el institucional, promover un rediseño tutorial diferenciado; y en el social, generar una mayor percepción de acompañamiento y sentido de pertenencia. Además, el equipo proyecta publicar un artículo en una revista indexada y presentar los resultados en foros nacionales e internacionales sobre innovación educativa y derechos humanos.
Detrás de las gráficas y bases de datos hay una convicción profunda: la educación superior no puede ser equitativa si la tutoría no lo es. Evaluar cómo acompañamos al estudiantado equivale a revisar el pulso ético de la universidad. En esa revisión, la ciencia no sustituye a la empatía, la amplifica. Al final, la investigación pretende que cada número, cada variable y cada cuestionario se traduzcan en algo tan esencial como el derecho de una persona joven a no quedar fuera del aula.
Con proyectos como éste, la UdeC reafirma que la investigación científica también puede -y debe-servir para mejorar las instituciones desde adentro. Porque garantizar el derecho a la educación no se decreta: se construye con evidencia, voluntad y acompañamiento.
Este modelo de investigación tiene como antecedente el trabajo piloto publicado en la revista Ciencia y Reflexión, titulado “Tutoría universitaria y equidad educativa: una mirada desde la evidencia institucional”.
Disponible en: https://cienciayreflexion.org/index.php/Revista/article/view/178
*Profesor del Doctorado en Estudios Sociopolíticos para el Desarrollo Glocal y de la Maestría en Alta Dirección de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y Facultad de Contabilidad y Administración de Colima de la Universidad de Colima
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