Sáb. Nov 23rd, 2024

ARTÍCULO: La tradicional feria de Todos Santos

Por Redacción Oct24,2023

Por José Luis Larios García*

El 18 de noviembre de 1923, la Revista de Revistas, Semanario Nacional, publicó una edición especial de Colima, con el fin de abordar temas relevantes de su cultura, economía, sociedad, variedades y tradiciones. Las páginas se acompañan con ilustraciones, publicidad, fotografías y grabados de la época. Incluye obras literarias como poesía de los colimenses María del Refugio Morales, Gregorio Torres Quintero y Balbino Dávalos. Además, contiene datos históricos y comentarios del estado. Destaca la variedad de textos de lugares turísticos como el balneario de Cuyutlán y puerto de Manzanillo.

Llama la atención una breve crónica de la feria, efectuada en los últimos días de octubre y principios de noviembre, la cual se instaló por muchos años en la plaza de Armas, actual jardín Libertad, después se trasladó al jardín Núñez, sede que fue desde 1911 a 1958. Luego se ubicó en la unidad deportiva Zaragoza, hoy calzada Galván Norte, ahí duró hasta 1978, cuando el gobernador Arturo Noriega Pizano decidió reubicarla en los terrenos de la Estancia (Guzmán, 1994: 14-17).

Jardín Núñez, antes conocido como “La Plaza Nueva” (ca. 1920), AHMC: Fondo Aguayo-01.

Por tanto, se trascribe de manera íntegra el texto que la redacción de la revista publicó para dar a conocer algunos detalles:  

Año por año existe la costumbre en la ciudad de Colima, de celebrar una feria en el céntrico jardín Núñez, de aquella población y que comienza el día 1° de noviembre, festividad de Todos Santos.

En dicha feria, se levantan numerosos puestos, algunos muy artísticos, como el que representa la fotografía que nos envió especialmente nuestro Corresponsal, y que es de uno de esos puestos, levantado durante la feria de este año.

Los puestos de caridad, que siempre se han distinguido, están atendidos por la más guapas señoritas de la ciudad de Colima, que rivalizan por su belleza y por su gracia. ‘A esos puestos, -dice El Bien Público de esa capital- se puede ir tan sólo por ver esas bellezas femeninas. Si los tamales y el atole no están buenos, con una mirada de unos ojos deslumbradores, se sale uno más satisfecho y más lleno que si hubiera tomado gallina en adobo’.

La generalidad de los puestos expende toda clase de golosinas y chucherías y ellos atrae, sobre todo en las noches, una gran cantidad de paseantes, entre los que predomina el bello sexo.

Este año el gobierno prohibió los juegos de azaar (sic), siendo la medida muy alabada por la gente de orden. Pero a pesar de eso, la Feria ha estado muy animada, recordando la frase del semanario “El Azote”, de Colima: “El jardín Núñez, convertido en una hermosa verbena, nos hizo recordar los tan gustados y viejos cuentos de “Las Mil y Una Noches”.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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