Con un doblete y una asistencia, Erling Haaland volvió a demostrar su superioridad en un derbi de Manchester que controla a la perfección y en el que, una vez más, quedaron patentes las diferencias entre un Manchester City excelso y un Manchester United más que perdido (0-3).
Los 2 goles del cyborg noruego, que el año pasado en su primer derbi hizo un hat trick, fueron la consecuencia del dominio que el City se ha acostumbrado a pasear los últimos años sobre un United que ni en un día que era para homenajear a Bobby Charlton -una bandera ocupó su lugar en Old Trafford-, tuvieron el coraje y el futbol suficiente para competir el encuentro.
Podrán esgrimir los más críticos que el penalti que inicia la carnicería Blue fue controvertido, o que el United tenía bajas, pero es imposible discutir que cualquier aficionado de los Diablos Rojos ya acude a estos derbis con la sensación de que lo más normal es una derrota y lo más probable, una goleada.
Por mucho que André Onana se haya propuesto remediar todos sus errores del comienzo de temporada e hiciera una doble parada a Foden y Haaland para descorchar el encuentro. En lugar de verse como una profecía de que al United le saldrían bien las cosas, era más un aperitivo de lo que vendría después.
Y la goleada puso su primera muesca cuando el VAR llamó al colegiado par aque revisara un agarrón de Hojlund a Rodri en una falta lateral. Había contacto, sí, pero la cámara lenta ayudó mucho a que Paul Tierney apuntara al punto de penalti y pusiera en bandeja el 0-1 a Haaland.
Sin error desde los once metros ni milagro de Onana, el City golpeó primero y solo vio peligrar su ventaja cuando Scott McTominay, jugando de “10” e incrustado entre los centrales, sacó un duro disparo que repelió Ederson. Fue prácticamente la única intervención del brasileño en el partido y estuvo perfecto.
El paradón de Ederson tuvo su réplica por parte de Onana, que antes del descanso rememoró la parada de Casillas a Peroti, pero con un cabezazo de Haaland al segundo palo.
La jugada dejó con mal sabor de boca al noruego, que se empeñó en enmendarla ya en la segunda mitad y de forma muy parecida.
Pep Guardiola había dispuesto su esquema de forma que Bernardo y Grealish se doblaran constantemente por la banda y volvieran loco a Diogo Dalot. El portugués nunca sabía si seguir al que doblaba o quedarse con el de la pelota, y en una de estas, se quedó con Grealish cuando este cedió la pelota a Bernardo.
El portugués llegó hasta línea de fondo, picó la pelota y Haaland entró como un obús en el segundo palo. No hubo milagro de Onana y el partido estaba en el bolsillo de Guardiola y del City.
Pudo Haaland a partir de ahí disfrutar de su hat trick, lo que le hubiera convertido en el primer jugador en la historia con 2 tripletes ante el United, pero el noruego falló un mano a mano contra Onana y cuando volvió a estar solo ante el camerunés -esta vez en una posición más escorada- prefirió cederle el honor a Phil Foden, que redondeó el marcador y volvió a dañar el corazón de Old Trafford, que un año más no puede competir con su vecino.
El City no pierde comba con el Tottenham Hotspur y con 24 puntos está a dos del líder, mientras que el United es octavo, con 15 unidades.