El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó este viernes en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático COP28 que se celebra en Dubái que la transición verde no puede socavar la seguridad energética ni crear nuevas dependencias de proveedores “poco fiables”.
“Tenemos que asegurarnos de que cuando llevemos a cabo la transición energética desde los combustibles fósiles hacia fuentes de energía más fiables y menos contaminantes, no lo hacemos de una manera que socave la seguridad energética”, afirmó Stoltenberg en ese foro que reúne a líderes de todo el Mundo.
El político noruego puso como ejemplo la “decisión política” de Europa de poner fin a su dependencia del gas ruso, algo que Moscú “utilizó como herramienta para intentar coaccionarnos tras la invasión a gran escala de Ucrania”.
“No deberíamos cometer los mismos errores al desarrollar nuevas fuentes de energía renovables”, consideró, a la vez que instó a no “depender demasiado de uno o 2 proveedores poco fiables de materias primas”.
“Unos pocos países controlan la mayor parte de la tecnología, la mayor parte de las materias primas, los minerales de tierras raras, que son tan importantes para, por ejemplo, los paneles solares o las baterías”, indicó sin mencionar a China, país líder en esas áreas.
Stoltenberg también pidió ser conscientes del vínculo entre la crisis climática y la seguridad, que “va en ambos sentidos”: “Obliga a la gente a desplazarse, los flujos migratorios ya están aumentando debido al cambio climático, pero también aumenta la competencia por unos recursos escasos”, comentó.
Agregó que, a la inversa, los conflictos también impiden una lucha efectiva contra el cambio climático, fenómeno que calificó de “multiplicador de crisis”.
El secretario general aliado se refirió igualmente a que un clima más extremo afectará a la forma en que la OTAN lleva a cabo sus operaciones militares e influirá “desde nuestro adiestramiento hasta nuestros uniformes, pasando por el hecho de que las bases navales se verán afectadas por el aumento del nivel del mar”.
Y reconoció que las fuerzas aliadas también tienen que “poner de su parte cuando se trata de reducir las emisiones”.
“No hay forma de llegar a un balance neto cero sin reducir también las emisiones del sector militar”, indicó.
Por ello, recordó que los aliados están invirtiendo en programas para desarrollar nuevas tecnologías más ecológicas para los vehículos militares, como biocombustibles para algunos aviones o paneles solares para las bases militares.
“Si tuviéramos que elegir entre algo que es ecológico o eficaz en combate, tendríamos que escoger la solución eficaz en combate. Así que el reto consiste en garantizar que, en el futuro, las soluciones eficaces en combate sean las ecológicas”, puntualizó, y se vio “bastante optimista” al respecto.
La OTAN ya ha establecido objetivos concretos para que las fuerzas armadas de los aliados reduzcan sus emisiones para 2030 y logren ser neutrales en carbono en 2050.