Por Juan Verano
El mandatario argentino, Javier Milei, abandonó el Hotel Libertador de Buenos Aires, el lugar donde residía desde el pasado 22 de octubre y que se convirtió ya en uno de los espacios más emblemáticos de su Presidencia.
El libertario comenzó a hospedarse en este histórico inmueble hotelero del centro de la capital argentina después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en el país suramericano.
Tras su victoria en el balotaje presidencial ante el candidato peronista y entonces ministro de Economía, Sergio Massa, y su asunción presidencial el día 10 de diciembre, Milei continuó hospedándose en el lujoso hotel, por cuyo vestíbulo ha desfilado la plana mayor de su Gobierno, de la mediática política argentina y también internacional -como fue el caso del expresidente brasileño Jair Bolsonaro-.
El mandatario dijo en una entrevista radiofónica que este lunes se trasladaría a la Quinta de Olivos, algo que el portavoz presidencial, Manuel Adorni, constató.
La polémica
La prolongada estancia de Milei en el Hotel Libertador ha sido muy polémica.
El Gobierno aún no ha especificado quién asumirá los costos de alojamiento del presidente y los miembros más cercanos de su equipo en el hotel, un establecimiento de 4 estrellas en el que el precio medio de la habitación ronda los 150 dólares por noche de estadía, según su web y los principales portales turísticos.
El edificio del Hotel Libertador, un rascacielos con 212 habitaciones, se construyó a finales de la década de los 70 del siglo pasado en la Avenida Córdoba, una de las más exclusivas del microcentro porteño.
El hotel ha sido gestionado por cadenas hoteleras como Kempinski o Sheraton, pero es propiedad del grupo Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima (IRSA), una sociedad comercial que controla el empresario Eduardo Elsztain, miembro de la importante comunidad judía de Argentina.
En estos meses, el Hotel Libertador ha sido un plató más de las televisiones argentinas.
Cámaras, partidarios del presidente, turistas, curiosos e incluso leones hinchables se han concentrado cada día frente a la escalinata de entrada del edificio.
¿Con quién vivirá en Olivos?
Los que no han estado alojados en él han sido los 4 cachorros de Milei, a los que el presidente denomina “hijitos de 4 patas”.
Las normas del establecimiento obligaron al libertario a alojar a sus perros en otro lugar de la ciudad.
De momento, los enormes mastines ingleses tampoco podrán trasladarse a la Quinta de Olivos.
Según la prensa argentina, las complejas reformas en la residencia presidencial -donde se estaban construyendo 4 receptáculos especiales para ellos- aún no han sido completadas.
Los rumores en torno a la vida privada de Javier Milei no han dejado de crecer con la llegada del economista a la Presidencia del país suramericano.
Aún se desconoce quién vivirá con él en la Quinta de Olivos.
Se ha descartado que su pareja, la humorista Fátima Flórez, vaya a trasladarse con él, mientras que la prensa argentina ha difundido que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, gran amiga suya, sí lo acompañará.
Este palacete neoclásico y sus 30 hectáreas de jardines se construyeron en 1854 y han sido la residencia presidencial durante las últimas 6 décadas.
En la Quinta de Olivos murió el presidente Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974), se tomaron las históricas fotos de la transición presidencial entre Raúl Alfonsín (1983-1989) y Carlos Menem (1989-1999), y en ella tuvieron lugar las polémicas “fiestas de Olivos”, organizadas por Alberto Fernández en plena pandemia de Covid-19 durante su mandato (2019-2023).
El presidente utilizará la Quinta de Olivos como su lugar de trabajo y no sólo como residencia.
De hecho, el portavoz presidencial confirmó que el mandatario trabajará desde allí la mayor parte de la semana y acudirá a la Casa Rosada, la emblemática sede del Ejecutivo, los martes y los jueves para las reuniones periódicas de su Gabinete.
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