La primera del año
Por Alberto Llanes
Todos los comienzos son buenos. A veces comenzamos con temor, con ansias, con angustia, con miedo, sí, pero también con pasión, dedicación y motivados por una fuerza extraña e invisible que nos hace movernos todos los días. Por el motivo que sea, siempre es bueno comenzar, a hacer ejercicio, hacer la dieta, regresar a ese pendiente dejado para otro momento; es importante también cerrar ciclos, darse un tiempo, replantearse muchas cosas, resolver lo atrasado, plantar, regar y cuidar un árbol, por ejemplo, hacer una tarea a la que no estamos acostumbrados o que nos implique un esfuerzo que no habíamos realizado anteriormente.
Este año nuevo es una oportunidad para recomenzar, para empezar de nuevo, para retomar aquello que hemos dejado de lado. Sí, quizá con incertidumbre, con miedo; los tiempos que corren son extraños, pero todo pasará; quizá algunos no tengamos ni miedo ni incertidumbre, solo estas ganas de empezar de nuevo, de tener una oportunidad más para ser mejores personas, dar lo mejor, educar mejor, conducirse en esta vida mejor, dejando de lado el oportunismo, la envidia, las malas vibras y todo ello que nos hace entretenernos y arremolinarnos en el sofá sin ánimo de nada.
En estas breves líneas que escribo, pretendo abordar los temas de la vida cotidiana, sí, a veces de política (aunque procuro no tocar este tema porque todos hablan o escriben de él y, además, vienen tiempos electorales que nos invadirán redes sociales, comerciales de radio, televisión, calles y demás), toco el tema del deporte, del rock, la cultura, los libros, la música, el cine, hablo también de mi experiencia como mediador de una Sala de Lectura, de los talleres de creación artística que tengo a mi cargo, de las clases en la Facultad de Letras y Comunicación y, bueno, de lo que nos puede suceder o no, en un día, en una semana, en un mes, en un semestre, en un año, en la vida.
No pretendo tirarle mala leche a nadie, ni tampoco dejar mala vibra con alguien o con algo, simplemente trato de decir las cosas como las vivo y las siento (de eso se trata un poco o un mucho el proceso de escribir), así que este espacio, espero que sea del agrado de los lectores, las lectoras que se acerquen a él, que quieran empezar a leer; mucha gente no tiene la oportunidad de hacerlo, espero incentivarles y si pudiéramos interactuar, qué mejor.
Vienen 366 días, porque además el año 2024 es bisiesto, para empezar de nuevo, para reconectar con algunas cosas, personas, actividades, lecturas, hábitos que hemos dejado de lado por flojera o porque sí; el año 2024 en el calendario chino celebrará el año del dragón, ese ser mitológico que aparece en varias culturas de todo el mundo con diferentes símbolos y significados; entonces viene un año cargado de dragones y el dragón es un ser que simboliza el poder espiritual supremo, y a la vez encarna a todas las personas cuya fuerza es su mayor virtud…
Entonces, 2024 es un año para comenzar de nuevo, no le hace que sea el comienzo 1 o el comienzo 100, hay que empezar y, no nada más empezar, hay que mantenerse firme hasta lograr la meta, con esfuerzo, perseverancia y fuerza, la fuerza de los dragones y, si eres o te sientes Daenerys Targaryen de Juego de Tronos, la maravillosa serie de HBO, eres entonces la madre de los dragones, el poder supremo en este año de comienzos será todo tuyo…
Lector, lectora, arrancamos esta columna En palabras Llanes con esta primera reflexión de la primera del año, comenzar, siempre comenzar…
