Los famosos libreros del Sena van a recurrir a la justicia la mudanza forzosa de muchos de ellos por motivos de seguridad de cara a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París.
La asamblea anual de la Asociación Cultural de Bouquinistes de París aprobó “por unanimidad” acudir a un tribunal administrativo contra el desplazamiento temporal de los puestos, informó a EFE el presidente de la entidad, Jerome Callais.
Un total de 130 miembros de los 180 integrantes de la asociación participaron en la asamblea y respaldaron el recurso, un procedimiento que podría extenderse durante un mes o un mes y medio, añadió Callais.
Las autoridades quieren desmontar provisionalmente un total de 428 de los 932 puestos de madera pintada de verde que pueblan las orillas del Sena y que son desde hace mucho tiempo una estampa tradicional para los parisinos y los visitantes.
El objetivo de la retirada es garantizar la seguridad de la ceremonia inaugural de los Juegos, el 26 de julio, que en lugar de celebrarse en el estadio tendrá lugar con un inédito desfile de barcos por el río ante cientos de miles de espectadores.
Los libreros se quejan de que perderán negocio (los puestos estarían desmontados entre 2 y 3 semanas) en un período de máxima afluencia de público, sin recibir ninguna indemnización, además de que las autoridades no se hacen responsables de posibles daños a sus pequeñas tiendas.
En ese caso, el dueño de un puesto dañado se quedaría sin ingresos y sin compensación, recuerda el presidente de la asociación.
“No nos proponen ninguna indemnización ni ninguna alternativa seria”, insistió Callois, quien asegura que están abiertos a estudiar cualquier nueva propuesta de la prefectura (delegación del Gobierno), aunque reconoce que con el paso del tiempo “hemos perdido la fe”, por lo que han optado por el recurso legal.
La prefectura considera que las grandes cajas-armarios de los libreros, incluso si están cerradas en el día de la ceremonia de apertura, podrían usarse para esconder armas o incluso explosivos por lo que ve el desmontaje como algo imprescindible.
De hecho, el pasado 17 de noviembre se realizó un ensayo sobre 4 puestos, que fueron desmontados brevemente durante 4 horas, para comprobar la viabilidad del plan de retirada temporal.