El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuestionó la autenticidad de un video que circula en redes sociales en el que supuestas pobladoras del pueblo wixárika piden ayuda y una tregua al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Hay que ver la autenticidad de esos videos y de la información, porque no se sabe quién sube a la red eso, hay que ser precavidos, no caer en trampas”, dijo el mandatario durante su rueda de prensa matutina.
El mandatario federal se refirió así al clip que se viralizó desde hace días en redes sociales en el que se puede ver a un grupo de mujeres, supuestamente originarias del pueblo wixárika en Jalisco, que piden al líder del CJNG, Nemesio El Mencho Oseguera, que frene la violencia.
Las mujeres, con el rostro cubierto con un pasamontañas, piden a El Mencho que cambie al encargado de la zona y también solicitan, de “manera respetuosa” que el cártel respete su cultura, usos y costumbres.
“Queremos seguir manteniendo nuestra forma de vida y sistema de gobierno”, señala la mujer que lee la petición.
Al respecto, López Obrador dijo que no saben en qué condiciones se grabó el video por lo que “no pueden estarle dando visos de autenticidad a cualquier material”.
Señaló además que no tiene ninguna petición de pueblos indígenas respecto a proteger esas zonas.
“Nosotros no tenemos ninguna solicitud de comunidades, o que nos haya llegado alguna solicitud, pero sí sé del video porque los promueven en las redes. Hay que estar atentos, nada más. Pero lo mismo, si aquí hablamos de eso, les hacemos el juego, el caldo gordo”, advirtió.
Reiteró el llamado a la población de no apoyarse en ningún grupo del crimen organizado al aseverar que ahora su Administración apoya al pueblo “como nunca”.
Apenas hace unos días, el mandatario reconoció durante su conferencia diaria que algunas comunidades apoyan a grupos delictivos en el estado de Guerrero y la semana pasada llamó a la población a evitar respaldar al crimen organizado.
Sus declaraciones se producen después de que se ha agudizado la violencia del crimen organizado en Guerrero y Chiapas, donde pobladores, en particular indígenas, han denunciado que los enfrentamientos entre grupos criminales derivan en asesinatos, desapariciones y desplazamiento forzado.