El opositor ruso Vladímir Kara-Murzá, que cumple 25 años de cárcel por alta traición y por criticar la guerra en Ucrania, abandonó la cárcel siberiana en la que se encontraba desde octubre de 2023 con destino incierto, según denunciaron este lunes sus partidarios.
La Administración de la prisión IK-6 de la región de Omsk confirmó que Kara-Murzá había sido trasladado cuando el activista de derechos humanos Alexandr Podrabinek intentó hacerle llegar una carta.
Podrabinek aseguró en Facebook que desconoce el paradero de Kara-Murzá, que estuvo recluido durante menos de medio año en Omsk, a 2,700 kilómetros de Moscú.
En septiembre de 2023 el opositor y periodista fue conducido desde Moscú a Omsk durante casi 3 semanas, proceso especialmente traumático conocido en Rusia como “etapirovanie” (traslado por etapas).
Nada más llegar a IK-6, Kara-Murzá fue encerrado en una celda de castigo por haber cometido una infracción.
Las autoridades penitenciarias rusas ordenaron el traslado del opositor sin esperar a que la Justicia se pronunciara sobre un recurso de casación presentado por su defensa.
La Embajada de Estados Unidos en Moscú ha condenado la persecución política del opositor, proceso que considera “políticamente motivado”.
La oposición considera que el Kremlin se la tenía jurada desde hace años a Kara-Murzá, uno de los iniciadores de la Ley Magnitski, la primera lista de sanciones contra el Kremlin, pese a lo que éste regresó a principios de año a Rusia.
Kara-Murzá, que escribía artículos de opinión para medios como The Washington Post, fue detenido en abril por presuntamente colaborar con países de la OTAN y desacreditar a las Fuerzas Armadas en un discurso pronunciado en la Cámara de Representantes de Arizona (EUA) el 15 de marzo.
Considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional, fue distinguido con el Premio Václav Havel de Derechos Humanos 2022 otorgado por el Consejo de Europa.