El Tribunal Superior de Justicia Deportiva de Brasil sancionó al Santos con 6 partidos a puerta cerrada por los disturbios que protagonizaron sus aficionados al confirmarse el descenso del equipo a segunda división.
La corte también impuso una multa de 20,250 dólares al club paulista por esos incidentes del 6 de diciembre, durante la última jornada del Campeonato Brasileño de 2023, cuando el Santos perdió en su estadio ante Fortaleza (1-2).
Con esa derrota, el Santos, la histórica escuadra que vio nacer a Pelé, Neymar y Rodrygo Goes, descendió a la división de plata del futbol brasileño por primera vez en sus más de 100 años de historia.
La pérdida de la categoría enfureció a parte de la afición, que provocó graves altercados tanto dentro como fuera del Estadio Vila Belmiro, la casa del cuadro albinegro.
Tras el pitido final del árbitro, se produjo una invasión al campo y hubo lanzamiento de objetos desde la grada, lo que obligó a las fuerzas de seguridad a intervenir.
En los alrededores del estadio, un grupo de exaltados vandalizó locales comerciales e incendió autobuses y vehículos particulares.
En este contexto, la Justicia Deportiva castigó al Santos, que además atraviesa una grave crisis económica, por “dejar de tomar medidas capaces de prevenir y reprimir” los actos violentos.
En la audiencia judicial, el presidente del Santos, Marcelo Teixeira, tildó de “inadmisible” y “lamentable” la violencia vivida el pasado 6 de diciembre, algo que se ha repetido en los 2 últimos años en Vila Belmiro, según dijo.
También subrayó que han colaborado con las autoridades brasileñas para la identificación de los aficionados que participaron en los disturbios y reafirmó su compromiso de que a partir del próximo mes de mayo adoptarán un sistema de reconocimiento facial en el estadio.
“Con eso estamos seguros de que inhibiremos bastante cualquier tipo de violencia”, garantizó el dirigente.
