Raúl Arámbula, director del Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos (CUEV) de la Universidad de Colima, advirtió que el inicio de lluvias, así como la llegada de tormentas tropicales y huracanes, aumenta la incidencia de lahares (flujo de agua, sedimentos volcánicos, rocas grandes y árboles) en las barrancas cercanas al Volcán de Colima.
Pidió a la población no acercarse a esas barrancas del Volcán de Colima, pues el sábado 1 de julio ya se registró un escurrimiento en la barranca del Zarco, que baja a la comunidad de La Becerrera. Insistió en que esos fenómenos que son muy recurrentes año con año, aunque el volcán esté con muy baja actividad.
“Es un riesgo importante para la gente que pueda estar dentro de las barrancas. Siempre hacemos la recomendación de no permanecer en las barrancas que drenan dentro del Volcán de Colima porque puede haber estos eventos que son muy rápidos y que no dan tiempo a que la gente salga, por eso es importante que no entren”.
Destacó que puede ser que en la barranca no esté lloviendo, pero arriba del volcán se registre una gran precipitación, lo que al final es lo que produce el lahar, lo cual ocurre en poco tiempo.
Detalló que se registran, al menos, 25 lahares al año y son detectados a través de sismógrafos, ocurriendo más en la barranca de Monte Grande, pero también donde baja material, como la barranca del Zarco y la de la Lumbre, cuyo monitoreo es continuo.
Raúl Arámbula informó que La Becerrera es uno de los poblados que más riesgo pudiera tener de daño por esos fenómenos, así como Quesería y algunas rancherías de esa comunidad, por lo que se trabaja coordinadamente con la Unidad Estatal de Protección Civil.
Advirtió que se seguirán registrando más lahares en la barranca Monte Grande, la cual está al sur del Volcán y sigue hasta el municipio de Quesería, esto debido a la actividad volcánica registrada en el año 2015.
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Pepe Ferruzca