Por Rogelio Guedea
Christian Torres Ortiz, tres años al frente de la UdeC
Ayer se celebraron 3 años de la gestión del Rector Christian Torres Ortiz al frente de nuestra Máxima Casa de Estudios. Estos 3 años no pasaron desapercibidos, como solía suceder en el pasado. Hubo muchas muestras espontáneas de felicitación y de entusiasmo por un liderazgo, el del Rector Torres Ortiz, que no sólo ha sabido sortear los tiempos particularmente difíciles de los últimos años (especialmente en el tema financiero) sino que, además, ha sabido imponerse a ellos con algo que nunca dejará de ser imprescindible para afrontar cualquier reto: el trabajo en equipo. Si hay algo que ha venido sobresaliendo en el liderazgo del Rector Torres Ortiz, y que yo pondero de manera especial, es que ha sido un liderazgo empático, sensible, abordable y que en lugar de irse cada vez encerrando en una torre de marfil, lo que ha hecho es abrirse más para tener una comunidad más unida y cohesionada, de la que el mismo Rector forma parte sustancial. El propio Rector Torres Ortiz tuvo una reunión de balance de estos 3 años con funcionarios universitarios de primer nivel para precisamente valorar los desafíos y logros alcanzados. Más allá de la reflexión hecha en torno a estos desafíos y logros está el hecho plausible en sí mismo de reunirse con su equipo de trabajo para llevar a cabo esta reflexión en la cual el Rector Torres Ortiz utilizó la metáfora de la máquina para señalar la importancia que cada uno de los miembros de su equipo de trabajo tiene para que nuestra institución educativa funcione óptimamente. No dijo son ustedes una máquina, ojo, dijo somos nosotros una máquina, y no dijo tampoco que sólo los engranajes grandes eran los que importaban, sino que dijo que todos los engranajes (chicos y grandes) tenían la misma importancia sin importar el tamaño. Esta visión rectoral ha hecho, estoy convencido de ello, que la comunidad universitaria incremente su sentido de pertenencia y realice con más ímpetu la función que a cada miembro se le encomienda, porque precisamente esa fue también la idea central del mensaje del Rector Torres Ortiz en esta reunión. Les dijo textualmente: “Les pido que encuentren la felicidad en lo que hacen. La felicidad no excluye la adversidad, la dificultad, el reto ni el desafío”. Nuestra universidad cumple una función social importantísima, imprescindible para su desarrollo y bienestar, y por eso no podemos perder de vista la importancia que reviste que hagamos cada quien nuestro trabajo con alegría, con entusiasmo y con pasión. Entre mejor sea nuestra universidad, mejor será también nuestra sociedad. Celebro también, como mucho lo han hecho, estos 3 años del Rector Christian Torres Ortiz y deseo que este cuarto que comienza sirva para continuar consolidando a nuestra Máxima Casa de Estudios como la institución educativa clave para el desarrollo de nuestra entidad.
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